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Lección 13: Para el 25 de junio de 2022 ![]() Sábado 18 de junio |
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Audio | Comentario EGW | Diálogo Bíblico | Mat. Damas | Mat. Adultos | Audio Pr. Bullón |
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LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 46; Romanos 10:12, 13; Génesis 47; 48; Hechos 3:25, 26; Génesis 49; Filipenses 2:10; Génesis 49:29–50:21.
PARA MEMORIZAR: “Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera” (Gén. 47:27).
Génesis abarca los últimos años de Jacob y José juntos. Vemos a Jacob (Israel) dejar Canaán (Gén. 46) para establecerse en Egipto (Gén. 47), y allí morirá (Gén. 49:29–50:21). Y, aun en este escenario egipcio, la expectativa de la Tierra Prometida ocupa un lugar preponderante (Gén. 50:22-26).
En cuanto Jacob llega a Egipto, bendice a Faraón (Gén. 47:7-10), y así cumple (parcialmente, por supuesto) la promesa abrahámica de ser una bendición para las naciones (Gén. 12:3). Posteriormente, ya a punto de morir, Jacob bendice a los hijos de José (Gén. 48). También bendice a sus propios hijos (Gén. 49:1–28) y hace predicciones impresionantes acerca de cada uno de ellos, en el contexto de las futuras doce tribus de Israel (Gén. 49:1–27).
Sin embargo, el hecho de que Israel como pueblo “habite” en el exilio, en Egipto, como extranjeros, está en tensión con la esperanza de la Tierra Prometida. Y, aunque el mismo libro del Génesis termina con los hijos de Israel en Egipto, algunas de las últimas palabras de José apuntan a otro lugar: “Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob” (Gén. 50:24).
Comentarios Elena G.W
A causa de los servicios que José había prestado a la nación egipcia, no solamente se les otorgó una parte del país para que moraran allí, sino que fueron exonerados del pago de impuestos, y se les proveyó liberalmente de los alimentos necesarios mientras duró el hambre. El rey reconoció públicamente que gracias a la misericordiosa intervención del Dios de José, Egipto gozaba de abundancia mientras otras naciones estaban pereciendo de hambre. Vio también que la administración de José había enriquecido grandemente el reino, y su gratitud rodeó a la familia de Jacob con el favor real (Historia de los patriarcas y profetas, p. 246).
El trato de Dios con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. ¡Cuán a menudo levantó el Señor, en su trato con el antiguo Israel, los hitos del camino! A fin de que no olvidasen la historia pasada, ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudiesen enseñárselos a sus hijos. Habían de levantar monumentos recordativos bien a la vista. Debían esmerarse para conservarlos, a fin de que cuando los niños preguntasen acerca de esas cosas, les pudiesen repetir toda la historia. Así eran recordados, el trato providencial y la señalada bondad y misericordia de Dios manifestadas en su cuidado y en la liberación de su pueblo. Se nos exhorta a traer “a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos”. Hebreos 10:32. El Señor ha obrado como un Dios realizador de prodigios en favor de su pueblo en esta generación. Es necesario recordar con frecuencia a los hermanos jóvenes y ancianos, la historia pasada de la causa de Dios. Necesitamos relatar a menudo la bondad de Dios y alabarle por sus obras admirables (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 365).
En la providencia de Dios, diariamente nos ponemos en contacto con los inconversos. Dios está preparando el camino delante de nosotros con su propia mano derecha a fin de que su obra pueda progresar rápidamente. Como colaboradores con él, tenemos una obra sagrada que realizar. Debemos sentir aflicción de espíritu por los que se encuentran en lugares elevados, y debemos extenderles la graciosa invitación de venir a la fiesta de bodas.
Aunque ahora se encuentra casi exclusivamente en posesión de hombres impíos, todo el mundo, con sus riquezas y tesoros, pertenece a Dios. “De Jehová es la tierra y su plenitud”. Salmo 24:1… Ojalá que los cristianos comprendiesen cada vez con más plenitud que tienen el privilegio y el deber, mientras se aferran a los principios correctos, de aprovechar cada oportunidad enviada por el cielo para promover el reino de Dios en este mundo (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 194).
Reavivados por su Palabra: Hoy, Deuteronomio 3