Para el 16 de julio de 2022
LA JAULA DEL PÁJARO

Sábado 9 de julio

AudioComentario EGWDiálogo BíblicoMat. DamasMat. AdultosAudio Pr. Bullón

Lee para el estudio de esta semana

Éxodo 14; 15:22-27; 17:1-7; Proverbios 3; Lucas 4:1-13; 1 Pedro 1:6-9 .

para memorizar

“Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo” ( 1 Ped. 1:6, NVI ).

“Aplena luz del día, y al oír la música de otras voces, el pájaro enjaulado no cantará lo que su amo procura enseñarle. Aprende un poquito de esto, un trino de aquello, pero nunca una melodía entera y definida. Entonces el amo cubre la jaula y la pone donde el pájaro no oiga más que el canto que ha de aprender. En la oscuridad lo ensaya y vuelve a ensayar hasta que lo aprende, y prorrumpe en perfecta melodía. Después el pájaro es sacado de la oscuridad, y en lo sucesivo cantará ese mismo canto a plena luz. Así trata Dios a sus hijos. Tiene un canto que enseñarnos, y cuando lo hayamos aprendido entre las sombras de la aflicción, podremos cantarlo perpetuamente” (MC 374).

Fíjate en que el que lleva al pájaro a la oscuridad es el mismo dueño.

Es fácil entender que Satanás causa dolor, pero Dios mismo ¿participaría activamente en guiarnos a los crisoles donde experimentamos confusión o dolor?

Un vistazo a la semana : ¿Qué ejemplos bíblicos recuerdan en los que Dios mismo conduce a la gente a experiencias que él sabe que implicarán sufrimiento? ¿Cuáles creen que eran los nuevos cantos que él quería que entonaran?


Comentarios Elena GW

No consideramos la prueba como algo extraño, sino como el medio por el cual somos purificados y fortalecidos. “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”, Santiago amonesta, “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Santiago 1:2, 3 .

En la vida futura comprenderemos las cosas que aquí nos abandonaron grandemente perplejos. Nos daremos cuenta de qué poderoso ayudador tuvimos y cómo los ángeles de Dios fueron comisionados para guardarnos a medida que seguimos el consejo de la Palabra de Dios.

A todos aquellos que lo reciban, Cristo les dará poder para llegar a ser hijos de Dios. Él es una ayuda presente en todo tiempo de necesidad. Avergoncémonos de nuestra fe vacilante. Aquellos que son vencidos solo pueden culparse a sí mismos por su fracaso al resistir al enemigo. Todos los que desean pueden venir a Cristo y encontrar la ayuda que necesitan (In Heavenly Places, p. 257; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 259).

“Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay alguna virtud, si alguna alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4:8 . Esto fortalece ferviente oración y vigilancia incesante. Habrá de ayudarnos la influencia permanente del Espíritu Santo, que atraerá la mente hacia arriba y la habituará a pensar solo en cosas santas y puras. Debemos estudiar diligentemente la Palabra de Dios. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”, dice el salmista y añade: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmo 119:9, 11 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 492).

Los agentes del Señor deben tener un celo santificado y completamente regido por él. Los tiempos tormentosos nos sobrecogerán bastante pronto, y no debemos seguir una conducta impropia que apresure su llegada. Vendrá una tribulación de un carácter tal que impulsará hacia Dios a todos los que deseen ser suyos y solamente suyos. Hasta que seamos probados en el horno de fuego no nos conoceremos a nosotros mismos, y no es propio que midamos el carácter de los demás ni condenemos a aquellos que no han recibido todavía la luz del mensaje del tercer ángel.

Si deseamos que los hombres se convenzan de que la verdad que creemos santifica el alma y transforma el carácter, no los abrumemos constantemente con sospecha vehemente. Con ello tan solo lograríamos imponerles la conclusión de que la doctrina que profesamos no puede ser la cristiana, ya que no nos hace bondadosos ni corteses. El cristianismo no se manifiesta por acusar pugilísticas y condenatorias…

Una de las mayores maldiciones de nuestro mundo (que se ve en las iglesias y por doquiera) es el amor a la supremacía. Los hombres se dejan absorber por la búsqueda del poder y de la popularidad. Para nuestro agravio y vergüenza, este espíritu se ha manifestado en las filas de los observados del sábado. Pero el éxito espiritual es solamente para los que han adquirido mansedumbre y humildad en la escuela de Cristo (Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 396, 397).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Deuteronomio 17