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Lección 7: Para el 13 de agosto de 2022 ![]()
Sábado 6 de agosto |
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Audio | Comentario EGW | Diálogo Bíblico | Mat. Damas | Mat. Adultos | Audio Pr. Bullón |
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Para memorizar
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” ( Rom. 5:5 ).
Cuando estamos en la iglesia rodeados de gente que sonríe, qué fácil es hablar y cantar de la esperanza. Pero, cuando estamos en el crisol, la esperanza no siempre parece ser tan fácil. Cuando las circunstancias nos oprimen, comenzamos a cuestionar todo, especialmente la sabiduría de Dios.
En uno de sus libros, CS Lewis escribe sobre un león imaginario. Alguien que quiere conocer a este león pregunta si el león es fiable. Se le dice que no es fiable, “pero es bueno”.
Aunque no siempre entendemos a Dios y aparentemente él hace cosas impredecibles, eso no significa que Dios esté en contra de nosotros. Simplemente, significa que todavía no tenemos el panorama completo. Pero luchamos con la idea de que, para tener paz, confianza y esperanza, Dios debe ser comprensible y predecible. Según nuestra forma de pensar, él necesita ser “fiable”. Por fin, nos predisponemos para el chasco.
Un vistazo a la semana : Entender el personaje de Dios ¿en qué medida nos ayuda a retener la esperanza en medio del crisol?
Comentarios Elena GW
Cuando lleguen las pruebas, recordad que estas son enviadas para vuestro bien… libremente y apoyaros y sosteneros. Con fe y con la esperanza “que no avergüenza,” aferraos a las promesas de Dios…
El Señor se propone que su pueblo sea feliz, y abre ante nosotros una fuente de consuelo tras otra, para que podamos henchirnos de gozo y paz en medio de nuestra vida actual. No tenemos necesidad de esperar hasta ir al cielo para disfrutar de iluminación, consuelo y gozo. Debemos disfrutar de ellos aquí mismo en esta vida…Perdemos mucho no nos asimos de las bendiciones porque podrían ser nuestras en medio de las aflicciones. Todos nuestros sufrimientos y tristezas, todas nuestras tentaciones y pruebas, todos nuestros pesares, nuestros vituperios y privaciones, en suma, toda obra en conjunto para nuestro bien…Todas las circunstancias y los incidentes son los artesanos divinos por medio de los cuales se nos hace bien. Miremos la luz que se oculta tras la nube (Mi vida hoy, 30 de junio, p. 192).
Ahora que usted ya no puede estabilizarse activa, y cuando las dolencias la asedian, todo lo que Dios requiere de Ud. es que confíe en él. Encomiende a él su alma como a un fiel Creador. Sus misericordias son seguras y su pacto es eterno. Bienaventurado es el hombre que espera en el Señor su Dios y que guarda la verdad para siempre. Que su mente se posesione de las promesas y que las retenga. Si Ud. no puede recordar rápidamente la abundante seguridad contenida en las preciosas promesas, escúchelas de los labios de otra persona. Qué plenitud, y qué amor y seguridad se encuentran en las siguientes palabras que proceden de los labios de Dios mismo, que proclaman su amor, su piedad y su interés en los hijos que constituyen su preocupación:
“¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado”. Éxodo 34:6, 7 (Mensajes selectos, t. 2, pp. 264, 265).
La Biblia revela a Cristo como el buen Pastor, que busca a las ovejas perdidas incansablemente. Por métodos peculiarmente suyos, ayudóba a todos los que necesitaban ayuda. Con gracia tierna y cortés, ministraba a las almas enfermas de pecado, impartiendo sanidad y fuerza…
Toda la vida del Salvador se caracterizó por la benevolencia desinteresada y la hermosura de la santidad. Él es nuestro modelo de bondad. Desde el comienzo de su ministerio, los hombres llegaron a comprender más claramente el carácter de Dios. Practicaba sus enseñanzas en su propia vida. Era consecuente sin obstinación, benevolente sin debilidad, y manifestaba ternura y simpatía sin sentimentalismo. Era altamente sociable, aunque poseía una reserva que inhibía cualquier familiaridad. Su temperancia nunca lo condujo al fanatismo o la austeridad. No se conformaba con el mundo, y sin embargo prestaba atención a las necesidades de los menores de entre los hombres (Consejos para los maestros, pp. 248, 249).