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Lección 8: Para el 20 de agosto de 2022 ![]()
Sábado 6 de agosto |
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Audio | Comentario EGW | Diálogo Bíblico | Mat. Damas | Mat. Adultos | Audio Pr. Bullón |
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Lee para el estudio de esta semana Romanos 8:28-39; Juan 14:1-14; Efesios 1:18-23; Isaías 40:27-31 .
Para memorizar
“Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” ( Heb. 11:27 ).
La definición de fe en el libro de Hebreos siempre es un desafío. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” ( Heb. 11:1 ). ¿Cómo podemos estar convencidos de lo que no vemos? Con todo, esto es exactamente lo que ilustra Moisés en nuestro versículo para memorizar: “Se sostuvo como viendo al Invisible” ( Heb. 11:27 ).
Es aún más provocador comprender que somos llamados a ver “al Invisible” no solo cuando los tiempos son buenos, sino especialmente cuando todo va mal. Para ello necesitamos fe, una fe semejante a la de Cristo, moldeada por la verdad acerca de Dios y el Reino de Dios. La verdad sobre la bondad de nuestro Padre, el poder del nombre de Jesús, el poder de la resurrección y la compasión de Dios son verdades esenciales que nos permitirán mantenernos firmes cuando estemos en el crisol y podamos sentir la tentación de dudar de todo.
Un vistazo a la semana: ¿Qué verdades acerca de Dios pueden ayudarnos a sostenernos aun en las peores situaciones?
Comentarios Elena GW
La fe es lo que nos habilita para mirar más allá del presente, con sus cargas y congojas, hacia el gran porvenir de la vida venidera, donde se aclarará todo lo que ahora nos deja perplejos. La fe ve a Jesús de pie como Mediador nuestro a la diestra de Dios. La fe contempla las mansiones que Cristo ha ido a preparar para aquellos que le aman. La fe ve el manto y la corona aparejados para el vencedor, y oye el canto de los redimidos.…
La fe no es sentimiento. “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven”. La verdadera fe no va en ningún sentido aliado a la presunción. Únicamente aquel que tiene verdadera fe está seguro contra la presunción, porque la presunción es la falsificación de la fe por Satanás (Obreros evangélicos, pp. 273, 274).
Muchos ven que son suplidas sus necesidades del momento, pero no confían en el Señor para el futuro. Manifestan incredulidad y se entregan al abatimiento y el desánimo ante posibles necesidades. Algunos se preocupan constantemente por el temor de pasar necesidades y que sus hijos tendrán que sufrir. Cuando surgen dificultades o se ven en aprietos —cuando se somete a prueba su amor y su fe en Dios— evitan la prueba y se quejan del procedimiento empleado por Dios para purificarlos. Se verifica que su amor no es puro ni perfecto; no es capaz de soportar todas las cosas.
La fe de los hijos del Dios del cielo debería ser fuerte, activa y perseverante: la certeza de lo que se espera. En ese caso se expresarán de este modo: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”, porque ha obrado generosamente conmigo (La historia de la redención, pp. 132, 133).
Jesús no nos llama a seguirle para después abandonarnos. Si entregamos nuestra vida a su servicio, nunca hallaremos en una posición para la cual Dios no haya hecho provisión. Cualquiera que sea nuestra situación, tenemos una Guía para dirigirnos en el camino; cualquiera que sean nuestras perplejidades, tenemos un Consejero seguro; cualquiera que sea nuestro pesar, aflicción, duelo o soledad, tenemos un Amigo que simpatiza con nosotros. Si, en nuestra ignorancia, damos pasos en falso, Cristo no nos desampara. Se oye su voz, clara y distinta, que nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Juan 14:6 . “Él bibliotecará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra”. Salmo 72:12 .
“Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado”. Isaías 26:3 . El brazo del Omnipotente está extendido para guiarnos hacia adelante y siempre hacia adelante. Id adelante, dice el Señor; os enviaré socorro. Pedís para gloria de mi nombre; y recibiréis. Aquellos que esperan veros fracasar verán el triunfo glorioso de mi Palabra. “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 21:22 (Obreros evangélicos, pp. 277, 278).