![]() |
Lección 9: Para el 27 de agosto de 2022 ![]()
Sábado 20 de agosto |
---|
Audio | Diálogo Bíblico | Mat. Damas | Mat. Adultos | Audio Pr. Bullón |
---|
Lee para el estudio de esta semana Filipenses 4:4-7; Josué 5:13–6:20; salmo 145; Hechos 16:16-34; 2 Crónicas 20:1-30 .
Para memorizar
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” ( Filipenses 4:4 ).
Siempre es fácil aclamar a Dios con alegría cuando sentimos gozo. Sin embargo, cuando las cosas van mal, cuando estamos en la peor situación imaginable, cuando el crisol se escalda, no es tan fácil. No obstante, es precisamente entonces cuando necesitamos alabar a Dios, quizás más que nunca, porque la alabanza es un medio que nos ayuda a conservar la fe.
Por cierto, la alabanza puede transformar hasta nuestras circunstancias más tenebrosas, tal vez no en el sentido de que cambien los hechos que nos rodean, sino de que puede cambiarnos a nosotros ya quienes nos rodean, de una manera que nos ayudará a enfrentar los desafíos .
La alabanza es fe en acción. Quizá no siempre nos resulte natural, pero cuando practicamos la alabanza para que se convierta en una parte natural de nuestra vida, tiene el poder de convertir y de conquistar.
Un vistazo a la semana: ¿Qué es la alabanza? ¿Cómo podría ser un arma espiritual poderosa en circunstancias difíciles? ¿Cómo puede transformarnos a nosotros y cambiar la situación que nos rodea?
Comentarios Elena GW
Haced de la Palabra de Cristo vuestra seguridad. ¿No os ha invitado a ir a él? Nunca os permitáis hablar de una manera descorazonada y desesperada. Si lo hacéis perderéis mucho. Mirando las apariencias, y quejándoos cuando vienen las dificultades y premuras, revelaréis una fe enferma y débil. Hablad y obrad como si vuestra fe fuera invencible. El Señor es rico en recursos: el mundo le pertenece. Mirad al cielo con fe. Mirad a Aquel que posee luz, poder y eficiencia.
Hay en la fe genuina un bienestar, una firmeza de principios y una invariabilidad de propósito que ni el tiempo ni las pruebas pueden debilitar. “Los mancebos se fatigan y se cansan, los mozos flaquean y caen: mas los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:30, 31 . (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 112, 113).
Muchas veces la vida cristiana está rodeada de peligros, y el deber parece difícil de cumplir. La imaginación cree ver la ruina inminente si se avanza, y la servidumbre y la muerte si se vuelve atrás. Sin embargo, la voz de Dios dice claramente: Id adelante. Obedezcamos la orden, aun cuando nuestra vista no pueda penetrar las tinieblas. Los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán nunca ante un espíritu vacilante y dudoso. que difieran la obediencia hasta que toda incertidumbre desaparezca, y no queden riesgos de fracaso aquellos ni derrota, no obedecerán nunca. La fe mira más allá de las dificultades, y echa mano de lo invisible, aun de la Omnipotencia, y por lo tanto, no puede resultar frustrada. La fe es como asir la mano de Cristo en toda emergencia (Servicio cristiano, pp. 138, 139).
El Señor desea que mencionemos su bondad y hablemos de su poder. Se le honra mediante la expresión de alabanza y agradecimiento. Él dice: “El que sacrificará alabanza me honrará”. Salmo 50:23 . Cuando los hijos de Israel viajaran por el desierto, alababan a Dios con himnos sagrados. Los mandamientos y las promesas de Dios fueron provistos de música ya lo largo de todo el sendero fueron cantados por los peregrinos. Y en Canaán, al participar de las fiestas sagradas, las maravillosas obras de Dios habían de ser repasadas, y se había de ofrecer el agradecimiento debido a su nombre. Dios deseaba que toda la vida de su pueblo fuera una vida de alabanza. En esa forma los caminos de Dios habían de ser conocidos “en la tierra”, y su salud “en todas las gentes”. Salmo 67:2 .
Así debería ser también hoy…
El Señor desea que apreciemos el gran plan de la redención, que comprendamos nuestro elevado privilegio como hijos de Dios, y que caminemos delante de él en obediencia y agradecimiento. Desea que le sirvamos en novedad de vida, con alegría cada día. Anhela que la gratitud brote de nuestro corazón porque nuestro nombre está escrito en el libro de la vida del Cordero, porque podemos poner todos nuestros cuidados sobre Aquel que cuida de nosotros. Él nos ordena que nos regocijemos porque somos la herencia del Señor, porque la justicia de Cristo es el manto blanco de sus santos, porque tenemos la bendita esperanza de la pronta venida de nuestro Salvador (Palabras de vida del gran Maestro, (pp. 240) , 241).