Lección 13: Para el 28 de diciembre de 2024
EPÍLOGO: CONOCER A JESÚS Y SU PALABRA


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Sábado 21 de diciembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 

 

 

PARA MEMORIZAR:
"Ustedes escudriñan las Escrituras porque piensan que en ellas tienen la vida eterna. ¡Ellas testifican de mí!" 

 

 

El Evangelio de Juan, como el de Marcos, termina con un encuentro en Galilea. Esta última lección acerca del Evangelio de Juan se refiere a ese encuentro, pero lo integra con el tema de cómo conocemos a Jesús y la Palabra de Dios, un concepto que recorre el cuarto Evangelio.

Aunque llevaban más de tres años con Jesús y él les había anunciado una y otra vez lo que sucedería, los discípulos seguían sin estar preparados para la crucifixión y la resurrección. Por desgracia, no habían prestado atención a sus palabras.

Corremos hoy el mismo peligro: oír o leer la Palabra de Dios sin escucharla, sin prestarle atención, sin permanecer en ella, sin obedecerla. Es decir, no aceptarla como la luz que debe guiar nuestros pensamientos y acciones. Desgraciadamente, demasiados cristianos se encuentran en esta situación, tal vez sin darse cuenta.

En esta última semana de estudio del Evangelio de Juan, analizaremos algunos de los puntos clave de este documento que pueden ayudarnos a ir más allá del mero conocimiento intelectual acerca de Jesús para, en cambio, conocerlo mejor y permanecer más estrechamente unidos a él y a su Palabra.


Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Corintios 11.    CB   

 
Lección 1: Para el 5 de octubre de 2024
SEÑALES QUE INDICAN EL CAMINO


Sábado 28 de septiembre
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Leer para el estudio de esta semana Juan 2:1–11; Juan 4:46–54; Juan 5:1–16; Marcos 3:22, 23; Mateo 12:9–14; Juan 5:16–47 .

Texto de memoria: “Realmente hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” ( Juan 20:30, 31 ).    CB   

¿Por qué escribió Juan su Evangelio? ¿Quería destacar los milagros de Jesús o algunas enseñanzas específicas de Jesús? ¿Cuál fue el motivo para escribir lo que escribió?

Bajo el poder y la influencia del Espíritu Santo, Juan explica por qué. Dice que, aunque se podrían escribir muchas más cosas sobre la vida de Cristo ( Juan 21:25 )    CB    , las historias que incluyó fueron escritas para “que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” ( Juan 20:31 ).

Esta semana veremos el relato de Juan sobre algunos de los primeros milagros de Jesús: desde convertir el agua en vino en una boda, hasta devolverle la salud al hijo muy enfermo de alguien y la curación del hombre en el estanque de Betesda.

Juan llama a estos milagros “señales”. No se refiere a algo así como un cartel en la calle, sino más bien a un acontecimiento milagroso que apunta hacia una realidad más profunda: Jesús como el Mesías. En todos estos relatos, vemos ejemplos de personas que respondieron con fe. Y sus ejemplos nos invitan a hacer lo mismo.


Comentarios Elena G.W

                Como alguien que entiende su tema, Juan atribuye todo poder a Cristo, y habla de su grandeza y majestad. Emite rayos
                divinos de preciosa verdad, como la luz del sol. Presenta a Cristo como el único Mediador entre Dios y la humanidad.
                la doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un misterio, “el misterio que había estado oculto desde los
                siglos y edades”. Es el grande y profundo misterio de la piedad. “El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.
                Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, una naturaleza inferior a su naturaleza celestial. Nada muestra tanto la
                maravillosa condescendencia de Dios como esto. “De tal manera amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito”. Juan
                presenta este maravilloso tema con tal sencillez que todos pueden captar las ideas expuestas y ser iluminados.—The
                Review and Herald, 5 de abril de 1906.
                                        
                
                Lo que el habla es para el pensamiento, así es Cristo para el Padre invisible. Él es la manifestación del Padre, y es
                llamado el Verbo de Dios. Dios envió a su Hijo al mundo, su divinidad revestida de humanidad, para que el hombre pudiera
                llevar la imagen del Dios invisible. Él dio a conocer en sus palabras, su carácter, su poder y majestad, la naturaleza y
                los atributos de Dios.
                Cada milagro que Cristo realizó fue una señal de su divinidad. Estaba haciendo la misma obra que se había predicho
                
                Como legislador, Jesús ejerció la autoridad de Dios; sus mandamientos y decisiones fueron apoyados por la soberanía del
                trono eterno. La gloria del Padre fue revelada en el Hijo; Cristo puso de manifiesto el carácter del Padre. Estaba tan
                perfectamente conectado con Dios, tan completamente envuelto en su luz envolvente, que el que había visto al Hijo había
                visto al Padre. Su voz era como la voz de Dios... Él dice: “Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí”. “Nadie conoce al
                Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. “El que me ha
                visto a mí, ha visto al Padre” ( Juan 14:11; Mateo 11:27; 14:9 )—Para que yo le conozca, pág. 38.
                
                Cada milagro que Cristo realizó fue una señal de su divinidad. Estaba haciendo la misma obra que se había predicho
                acerca del Mesías; pero para los fariseos estas obras de misericordia eran una ofensa positiva. Los dirigentes judíos
                miraban con cruel indiferencia el sufrimiento humano. En muchos casos, su egoísmo y su opresión habían causado la
                aflicción que Cristo alivió. Por eso sus milagros eran para ellos un oprobio.

                Lo que indujo a los judíos a rechazar la obra del Salvador fue la evidencia más alta de su carácter divino. El mayor
                significado de sus milagros se ve en el hecho de que eran para bendición de la humanidad. La evidencia más alta de que
                él vino de Dios es que su vida reveló el carácter de Dios. Hizo las obras y pronunció las palabras de Dios. Una vida así
                es el mayor de todos los milagros.—El Deseado de todas las gentes, pág. 406.

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