Segundo Trimestre de 2022

“Caín y su legado”

Lección 3 :- Para el 16 de Abril de 2022

Sábado 9 de abril

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 4Hebreos 11:4Miqueas 6:7Isaías 1:111 Corintios 10:131 Juan 3:12Génesis 56:1–5.

Para Memorizar: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (Gén. 4:7).

En Génesis, inmediatamente después de la Caída, y de la expulsión de Adán y de Eva del Edén, principalmente vienen nacimientos y muertes, todo en cumplimiento de las profecías de Dios en el capítulo anterior. Al ser capítulos paralelos, Génesis 3 y 4 contienen muchos temas y palabras en común: descripciones del pecado (Gén. 3:6-8; comparar con Gén. 4:8), maldiciones de la ‘adamá, “tierra” (Gén. 3:17; comparar con Gén. 4:11) y expulsión (Gén. 3:24; comparar con Gén. 4:1216).

La razón de estos paralelismos es resaltar el cumplimiento de lo que sucedió antes, las profecías y predicciones que Dios les había dado a Adán y a Eva después de la Caída. El primer hecho después de la expulsión de Adán está lleno de esperanza: es el nacimiento del primer hijo, un evento que Eva ve como el cumplimiento de la promesa que oyó en la profecía mesiánica (Gén. 3:15). Es decir, pensó que él podría ser el Mesías prometido.

Los siguientes eventos, el crimen de Caín, el crimen de Lamec, la disminución de la longevidad y el aumento de la maldad, son todos cumplimientos de la maldición pronunciada en Génesis 3.

Sin embargo, aun así no todo está perdido.

 

Domingo 10 de abril: Caín y Abel

Lee Génesis 4:1 y 2. ¿Qué aprendemos en estos pasajes sobre el nacimiento de los dos varones?

El primer acontecimiento que registra el autor bíblico inmediatamente después de la expulsión de Adán y de Eva del Jardín del Edén es un nacimiento. En la frase hebrea de Génesis 4:1, la palabra “Jehová” (YHWH) está directamente relacionada con la palabra “varón”, como indica la siguiente traducción literal: “He adquirido un hombre, por cierto al SEÑOR mismo”. La International Standard Version, en inglés, la traduce como: “He dado a luz a un hijo varón: el SEÑOR”.

Esta traducción literal sugiere que Eva recuerda la profecía mesiánica de Génesis 3:15 y cree que ha dado a luz a su Salvador, Jehová. “La venida del Salvador había sido predicha en el Edén. Cuando Adán y Eva oyeron por primera vez la promesa, esperaban que se cumpliese rápidamente. Con gozo dieron la bienvenida a su primogénito, esperando que fuese el Libertador” (DTG 23).

De hecho, Caín ocupa la mayor parte de la historia. No es solo el primogénito, un hijo al que los padres casi “adoraban”; en el capítulo, él es el único que habla en el texto del Génesis. Si bien Eva comenta con entusiasmo el nacimiento de Caín, no dice nada cuando nace Abel; al menos nada que se registre en el texto, en contraste con el nacimiento de Caín. El narrador simplemente informa que ella “después volvió a tener otro hijo” (Gén. 4:2, NBV).

El nombre Caín en sí deriva del verbo hebreo qaná, que significa “adquirir” y denota la adquisición, la posesión de algo precioso y poderoso. Por otro lado, el nombre hebreo hébel, en español Abel, significa “vapor” (Sal. 62:9, RVC), o “soplo” (Sal. 144:4, NBV) y denota evasión, vacuidad, falta de sustancia; la misma palabra, hébel (Abel), se usa vez tras vez en Eclesiastés para “vanidad”. Si bien no queremos inferir de estos breves textos más de lo que dicen, quizá la idea es que la esperanza de Adán y Eva descansaba solo en Caín, porque creían que él, no su hermano, era el Mesías prometido.

¿Cuáles son las cosas en la vida que, en verdad, son hébel, pero que tratamos como si fueran mucho más importantes de lo que son? ¿Por qué es importante saber la diferencia entre lo que importa y lo que no?

 

Lunes 11 de abril: Las dos ofrendas

El contraste entre Caín y Abel, como se refleja en sus nombres, no se refería solo a sus personalidades; también se manifestó en sus respectivas ocupaciones. Mientras que Caín era “labrador de la tierra” (Gén. 4:2), una profesión que requería duro trabajo físico, Abel era “pastor de ovejas” (Gén. 4:2), una profesión que implicaba sensibilidad y compasión.

Caín era productor agrario; Abel, pastor de ovejas. Estas dos ocupaciones no solo explican la naturaleza de las dos ofrendas (fruto de Caín y oveja de Abel), sino también explican las dos diferentes actitudes y mentalidades psicológicas asociadas con las dos ofrendas: Caín trabajaba para “adquirir” el fruto que produciría, mientras que Abel se esmeraba en “mantener” las ovejas que había recibido.

Lee Génesis 4:1 al 5; y Hebreos 11:4. ¿Por qué Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la ofrenda de Caín? ¿Cómo entendemos lo que pasó aquí?

“Sin derramamiento de sangre no podía haber perdón del pecado; y ellos [Caín y Abel] habían de mostrar su fe en la sangre de Cristo como la expiación prometida al ofrecer en sacrificio las primicias del ganado. Además de esto, debían presentar ante el Señor, como ofrenda de agradecimiento, los primeros frutos de la tierra” (PP 58).

Si bien Abel cumplió con las instrucciones de Dios y ofreció la ofrenda vegetal además del holocausto de animales, Caín se negó a hacerlo. No trajo un animal para ser sacrificado, sino solo una ofrenda del “fruto de la tierra”. Fue un acto de abierta desobediencia, en contraste con la actitud de su hermano. Esta historia a menudo se ha visto como un caso clásico de salvación por la fe (Abel y su ofrenda de sangre), en contraste con un intento de obtener la salvación por obras (Caín y su fruto de la tierra).

Aunque estas ofrendas debieron haber tenido un significado espiritual, no tenían ningún valor mágico en sí mismas. Siempre fueron meros símbolos, imágenes, que apuntaban al Dios que ofrecía al pecador no solo sustento sino también redención.

Lee Miqueas 6:7 e Isaías 1:11. ¿Cómo podemos tomar el principio empleado en estos textos y aplicarlo a nuestra vida y adoración?

 

Martes 12 de abril: El crimen

Lee Génesis 4:3 al 8. ¿Cuál es el proceso que llevó a Caín a matar a su hermano? Ver también 1 Juan 3:12.

Caín tuvo una doble reacción: “Se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” (Gén. 4:5). Al parecer, la ira de Caín estaba dirigida a Dios y a Abel. Caín se enojó con Dios porque pensaba que era víctima de una injusticia, y se enojó con Abel porque estaba celoso de su hermano. ¿Celoso de qué? ¿Solo de la ofrenda? Sin duda, había más detrás de escena de lo que revelan estos pocos versículos. Cualquiera que haya sido el problema, Caín estaba deprimido porque su ofrenda no había sido aceptada.

Las dos preguntas de Dios en Génesis 4:6 se relacionan con las dos condiciones de Caín. Fíjate que Dios no acusa a Caín. Al igual que con Adán, Dios hace preguntas, no porque no sepa ya las respuestas, sino porque quiere que Caín reflexione sobre sí mismo y luego comprenda la razón de su propia condición. Como siempre, el Señor busca redimir a su pueblo caído, incluso cuando le fallan abiertamente. Después de hacerle estas preguntas, Dios aconseja a Caín.

En primer lugar, Dios exhorta a Caín a “hace[r] lo bueno” (RVC), a obrar rectamente. Es un llamado al arrepentimiento y a cambiar de actitud. Dios le promete a Caín que será “aceptado” (LBLA) y perdonado. En cierto sentido, está diciendo que Caín puede contar con la aceptación de Dios, pero debe hacerse en los términos de Dios, no en los de Caín.
Por otro lado, “si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él” (Gén. 4:7, RVA-2015). El consejo de Dios ha revelado la raíz del pecado y esta se encuentra en Caín mismo. Aquí, nuevamente, Dios aconseja a Caín, y busca guiarlo en el camino que debe seguir.

El segundo consejo de Dios se refiere a la actitud que debe asumir con este pecado, que está a la puerta, “al acecho y ansioso por controlarte” (NTV). Dios recomienda el autocontrol: “Tú debes dominarlo y ser su amo” (NTV). El mismo principio resuena en Santiago, cuando explica que “cada uno es tentado cuando se deja llevar y seducir por sus propios malos deseos” (Sant. 1:14, RVC). El evangelio nos ofrece la promesa no solo del perdón por el pecado, sino también de la victoria sobre él. (Ver 1 Cor. 10:13.) En definitiva, Caín no tenía a nadie a quien culpar por su pecado, sino a sí mismo. Generalmente, ¿no es así con todos nosotros también?

¿Qué nos enseña esa desafortunada historia sobre el libre albedrío y de que Dios no nos obligará a obedecer?

 

Miércoles 13 de abril: El castigo de Caín

Lee Génesis 4:9 al 16. ¿Por qué Dios pregunta “¿Dónde está Abel, tu hermano?” ¿Cuál es la conexión entre el pecado de Caín y el hecho de que él se convirtiera en “errante y extranjero […] en la tierra” (Gén. 4:12)?

La pregunta de Dios a Caín es similar a la que le hace a Adán en el Edén: “¿Dónde estás tú?” Este eco sugiere que existe un vínculo entre el pecado en el Edén y este pecado: el último pecado (de Caín) era resultado del primero (el pecado de Adán).

Sin embargo, Caín no reconoce su pecado; él lo niega; aunque Adán no, a pesar de que trató de echar la culpa sobre otros. Caín, al contrario, desafía abiertamente a Dios, quien no pierde el tiempo al confrontar a Caín con su crimen. Cuando Dios formula la tercera pregunta: “¿Qué has hecho?”, ni siquiera espera una respuesta. Le recuerda a Caín que él lo sabe todo, porque la voz de la sangre de Abel le ha llegado desde la tierra (Gén. 4:10), una imagen que significa que Dios está al tanto del asesinato y responderá a ello. Abel está en la tierra, un vínculo que tiene relación directa con la Caída y con lo que el Señor ha dicho que le sucedería a Adán (ver Gén. 3:19).

Lee Génesis 4:14. ¿Qué importancia tienen las palabras de Caín: “de tu presencia me esconderé”?

Como se derramó la sangre de Abel en tierra, esta vuelve a recibir una maldición (Gén. 4:12). Como resultado, Caín es condenado a vivir como refugiado, lejos de Dios. Recién cuando Caín escucha la sentencia de Dios, reconoce la importancia de la presencia divina; porque sin ella, teme por su vida. Incluso después de asesinar a sangre fría a su hermano y de su actitud desafiante, el Señor todavía le muestra misericordia. Y aunque “Caín se alejó de la presencia del Señor” (Gén. 4:16, NVI), el Señor todavía le brindó algún tipo de protección. Exactamente cuál era esa “señal” (Gén. 4:15), no lo sabemos, pero sea cual fuere, la recibió solo por la gracia de Dios.

“De tu presencia me esconderé” (Gén. 4:14). Qué situación tan trágica para cualquiera. ¿Cuál es la única forma en que nosotros, como pecadores, podemos evitar esa situación?

 

Jueves 14 de abril: La maldad del hombre

Lee Génesis 4:17 al 24. ¿Cuál fue el legado de Caín? El crimen de Caín, ¿cómo abrió el camino para la creciente maldad de la humanidad?

El nieto de Caín, Lamec, se refiere al crimen de Caín en el contexto del suyo. Esta comparación entre el crimen de Caín y el crimen de Lamec es reveladora. Mientras Caín guarda silencio sobre su único crimen registrado, Lamec parece estar jactándose del suyo, y lo expresa en un canto (Gén. 4:2324). Si bien Caín pide la misericordia de Dios, no se registra que Lamec la pidiera. Mientras que Caín es vengado siete veces por Dios, Lamec cree que será vengado setenta veces siete (ver Gén. 4:24), un indicio de que él es muy consciente de su culpa.

Además, Caín es monógamo (Gén. 4:17); Lamec introduce la poligamia, porque la Escritura dice específicamente que “tomó para sí dos mujeres” (Gén. 4:19). Esta intensificación y exaltación del mal definitivamente afectará a las próximas generaciones de cainitas.

Inmediatamente después de este episodio de maldad en la familia cainita, el texto bíblico registra un nuevo acontecimiento que contrarresta la tendencia cainita. “Conoció de nuevo Adán a su mujer” (Gén. 4:25), y el resultado fue el nacimiento de Set, nombre que le pone Eva para indicar que Dios había sustituido “otro hijo” en lugar de Abel.

Por cierto, la historia del nombre Set precede a Abel. El nombre Set deriva del verbo hebreo ‘ashit, “pondré” (Gén. 3:15), que da comienzo a la profecía mesiánica. La simiente mesiánica se transmitirá en el linaje setita. Posteriormente, el texto bíblico da el registro del linaje mesiánico que comienza con Set (Gén. 5:3), e incluye a Enoc (Gén. 5:24), Matusalén y termina con Noé (Gén. 6:8).

La frase “hijos de Dios” (Gén. 6:2) se refiere al linaje de Set, porque están destinados a preservar la imagen de Dios (Gén. 5:14). Por otro lado, la identificación “las hijas de los hombres” (Gén. 6:2) parece tener una connotación negativa, ya que se contrasta la descendencia de quienes son conforme a la imagen de Dios con quienes son conforme a la imagen de los hombres. Y es bajo la influencia de estas “hijas de los hombres” que los hijos de Dios “tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas” (Gén. 6:2), lo que indica la dirección equivocada que estaba tomando la humanidad.

Lee Génesis 6:1 al 5. ¡Qué testimonio tan poderoso de la corrupción del pecado! ¿Por qué debemos hacer todo lo posible, con la ayuda de Dios, para erradicar el pecado de nuestra vida?

 

Viernes 15 de abril

Para Estudiar y Meditar:

La consabida frase “Enoc caminó con Dios” (Gén. 5:2224) significa compañerismo íntimo y diario con Dios. La relación personal de Enoc con Dios era tan especial que “le llevó Dios” (Gén. 5:24). Sin embargo, esta última frase es única en la genealogía de Adán, y no apoya la idea de una vida inmediata en el Paraíso para aquellos que “caminan con Dios”. Fíjate que Noé también caminó con Dios (Gén. 6:9), y murió como todos los demás seres humanos, incluyendo a Adán y Matusalén. También es interesante notar que no se da ninguna razón para justificar esta gracia especial.

“Enoc se convirtió en el predicador de la justicia, e hizo saber al pueblo lo que Dios le había revelado. Los que temían al Señor buscaban a este hombre santo, para compartir su instrucción y sus oraciones. También trabajó públicamente, dando los mensajes de Dios a todos los que querían oír las palabras de advertencia. Su obra no se limitaba a los descendientes de Set. En la tierra adonde Caín había tratado de huir de la divina presencia, el profeta de Dios dio a conocer las maravillosas escenas que había presenciado en visión. ‘He aquí –dijo–, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente’ (Jud. 1415)” (PP 73, 74).

 

Preguntas para Dialogar:

  • ¿Por qué Caín mató a su hermano? Lee el siguiente comentario de Elie Wiesel: “¿Por qué lo hizo? Quizá quería quedarse solo: hijo único, y tras la muerte de sus padres, hombre único. Solo como Dios y quizá solo en lugar de Dios. […] Caín mató para llegar a ser Dios. […] Cualquier hombre que se crea Dios termina asesinando a hombres” (Elie Wiesel, Messengers of God: Biblical Portraits and Legends, p. 58). ¿Cómo podemos asegurarnos de no reflejar la actitud de Caín, aunque no cometamos un asesinato?
  • Comparen la esperanza de vida de los antediluvianos (Gén. 5) con la de los patriarcas. ¿Cómo explicaríamos esta disminución de la extensión de la existencia humana? ¿Cómo contrarresta esta degeneración las premisas del darwinismo moderno?

Lección 2: Para el 9 de abril de 2022
LA CAÍDA

Sábado 2 de abril


AudioComentario EGWPresentación de la LecciónMat. DamasMat. AdultosAudio Pr. Bullón

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3; 2 Corintios 11:3; Apocalipsis 12:7-9; Juan 8:44; Romanos 16:20; Hebreos 2:14; 1 Timoteo 2:14,15.

PARA MEMORIZAR:

"Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Gén. 3:15).

En medio de todo lo que Dios les había dado a nuestros primeros padres en el Edén, también había una advertencia: "De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" (Gén. 2:16,17). Esta advertencia en contra de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gén. 2:16,17) nos muestra que, aunque debían conocer el bien, no debían conocer el mal. Sin duda entendemos por qué, ¿verdad?

Y, además, se cumpliría la advertencia de muerte adjunta a la admonición sobre la desobediencia (Gén. 2:17): ellos morirían (Gén. 3:19). No solo se les prohibió comer del árbol, sino además fueron expulsados del Jardín del Edén (Gén. 3:24) y, por lo tanto, como pecadores, no tuvieron acceso a lo que podría haberles dado eterna vida (Gén. 3:22).

Sin embargo, en medio de esta tragedia surge la esperanza, que se encuentra en Génesis 3:15, llamada el protoevangelio, o "la primera promesa evangélica". Sí, este versículo presenta la primera promesa evangélica que se encuentra en la Biblia; la primera vez que se le dice a la humanidad que, a pesar de la Caída, Dios ha abierto una vía de escape para todos nosotros.


Comentarios Elena G.W
Sábado 2 de abril


Cuando nuestros primeros padres fueron colocados en el bello jardín del Edén, fueron probados en su lealtad a Dios. Estaban en libertad de elegir servir a Dios, o por la desobediencia aliarse con el enemigo de Dios y del hombre.

 

A Adán y a Eva se les permitió participar de cada árbol del huerto, con excepción de uno. Había una sola prohibición. El árbol prohibido era tan atrayente y hermoso como cualquiera de los árboles del huerto. Se lo llamó el árbol del conocimiento, porque al participar de ese árbol, del cual Dios había dicho «no comerás» (Génesis 2:17), tendrían un conocimiento del pecado y experimentarían la desobediencia (A fin de conocerle, p. 16).

Es imposible explicar el origen del pecado y dar razón de su existencia. Sin embargo, se puede comprender suficientemente lo que atañe al origen y a la disposición final del pecado, para hacer enteramente manifiesta la justicia y benevolencia de Dios en su modo de proceder contra todo mal. Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que no hubo retención arbitraria de la gracia de Dios, ni error alguno en el gobierno divino que dieran lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa en su favor o señalar la causa de su existencia, dejaría de ser pecado. La única definición del pecado es la que da la Palabra de Dios: «El pecado es transgresión de la ley»; es la manifestación exterior de un principio en pugna con la gran ley de amor que es el fundamento del gobierno divino (El conflicto de los siglos, p. 484).

El amor se despierta únicamente por el amor. El conocer a Dios es amarle; su carácter debe ser manifestado en contraste con el carácter de Satanás. En todo el universo había un solo ser que podía realizar esta obra. Únicamente Aquel que conocía la altura y la profundidad del amor de Dios, podía darlo a conocer. Sobre la obscura noche del mundo, debía nacer el Sol de justicia, «trayendo salud eterna en sus alas». Malaquías 4:2.

El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, formulada después de la caída de Adán. Fue una revelación «del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio». Romanos 16:25 Fue una manifestación de los principios que desde edades eternas habían sido el fundamento del trono de Dios. Desde el principio, Dios y Cristo sabían de la apostasía de Satanás y de la caída del hombre seducido por el apóstata. Dios no ordenó que el pecado existiese, sino que previo su existencia, e hizo provisión para hacer frente a la terrible emergencia. Tan grande fue su amor por el mundo, que se comprometió a dar a su Hijo unigénito «para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Juan 3:16 (El Deseado de todas las gentes, p. 13).

 

 

 

i6 Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 29
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Domingo 3 de abril - LA SERPIENTE

AudioDiálogo BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 3:1; Corintios 11:3; y Apocalipsis 12:7 al 9. ¿Quién es la serpiente y cómo engaña a Eva?

El texto comienza con "la serpiente". La sintaxis de la frase sugiere énfasis: la palabra "serpiente" es la primera palabra de la oración. Además, "la serpiente" tiene el artículo definido, lo que indica que se trata de una figura conocida, como si el lector ya supiera quién es. La realidad de este ser se confirma, así, desde la primera palabra del capítulo.

Por supuesto, las Escrituras identifican a la serpiente corHo él enemigo de Dios (Isa. 27:1) y lo llaman explícitamente "diablo y Satanás" (Apoc. r2:9). Asimismo, en el antiguo Cercano Oriente la serpiente personificaba el poder del mal.

"Para conseguir lo que quería y pasar inadvertido, Satanás escogió como medio a la serpiente, un disfraz bien adaptado para su proyecto de engaño. La serpiente era en aquel entonces uno de los seres más sabios y bellos de la Tierra. Tenía alas, y cuando volaba por los aires presentaba una apariencia deslumbradora, con el color y el brillo del oro bruñido" (PP 36).

Al hablar del diablo, en cualquiera de sus formas, la Biblia no se refiere a una mera metáfora. Las Escrituras representan a Satanás como un ser literal, no solo como un símbolo retórico o un principio abstracto para describir el mal o el lado oscuro de la humanidad.

La serpiente no se presenta a sí misma como enemiga de Dios; al contrario, la serpiente hace referencia a las palabras de Dios, que ella repite y parece apoyar (aunque las tergiversa). Es decir, desde el principio, podemos ver que a Satanás le gusta citar a Dios y, como veremos más adelante, incluso cita la Palabra de Dios (Mat. 4:6).

Fíjate también que la serpiente no discute inmediatamente con la mujer, sino que hace una pregunta que implica que cree en lo que el Señor les ha dicho. Al fin y al cabo, preguntó: "¿Conque Dios os ha dicho: [...]?" (Gén. 3:1). Por ende, incluso desde el principio podemos ver cuán astuto y engañoso era este ser. Y, como veremos, su estrategia también funcionó.

■ Si Satanás pudo engañar a una Eva sin pecado en el Edén, ¿cuánto más vulnerables somos nosotros? ¿Cuál es nuestra mejor defensa contra sus engaños?

 


Comentarios Elena G.W
Domingo 3 de abril - LA SERPIENTE

 


El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole el deseo de ensalzarse. Trató de investir al amante Creador con sus propias malas características. Así engañó a los ángeles. Así sedujo a los hombres. Los indujo a dudar de la palabra de Dios, y a desconfiar de su bondad. Por cuanto Dios es un Dios de justicia y terrible majestad, Satanás los indujo a considerarle como severo e inexorable. Así consiguió que se uniesen con él en su rebelión contra Dios, y la noche de la desgracia se asentó sobre el mundo (El Deseado de todas las gentes, p. 13).

El tentador [le] afirmó [a Eva] que jamás llegaría a cumplirse la divina advertencia; que les fue hecha meramente para intimidarlos.

Tal ha sido la labor que Satanás ha llevado adelante con gran éxito, desde los días de Adán hasta el presente. Tienta a los hombres a desconfiar del amor de Dios y a dudar de su sabiduría. Constantemente pugna por despertar en los seres humanos un espíritu de curiosidad irreverente, un inquieto e inquisitivo deseo de penetrar en los inescrutables secretos del poder y la sabiduría de Dios. En sus esfuerzos por escudriñar aquello que Dios tuvo a bien ocultarnos, muchos pasan por alto las verdades eternas que nos ha revelado y que son esenciales para nuestra salvación (Conflicto y valor, p. 15).

Dios ha declarado que el único medio de seguridad para el hombre es la completa obediencia a todas sus palabras. No debemos intentar el experimento de probar el mal camino, con todos sus resultados. Esto traerá debilidad mediante la desobediencia. El plan de Dios era dar al hombre claridad de visión en toda su obra…

Después de la caída Cristo se convirtió en el instructor de Adán. Actuó en lugar de Dios para con la humanidad, salvando a la raza de la muerte inmediata. Tomó sobre sí el oficio de mediador. A Adán y Eva se les concedió un tiempo de prueba para volver a su lealtad, y en este plan se abarcó a toda su posteridad.

Sin la expiación del Hijo de Dios no podría haber habido comunicación de bendición o salvación de Dios al hombre. Dios estaba celoso por el honor de su ley. La transgresión de la misma había causado una terrible separación entre Dios y el hombre. A Adán, en su inocencia, se le otorgaba comunión directa, libre y feliz con su Hacedor. Después de su transgresión, Dios se comunicará con el hombre solo mediante Cristo y los ángeles (Conflicto y valor, p. 20).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 30
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Lunes 4 de abril - EL FRUTO PROHIBIDO

AudioDiálogo BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 2:16 y 17; y 3:1 al 6 (ver además Juan 8:44). Compara las palábras del mandamiento de Dios a Adán con las palabras de la serpiente a la mujer. ¿Cuáles son las diferencias entre los discursos y cuál es el significado de estas diferencias?

Observa los paralelismos entre la conversación de Dios con Adán (Gén. 2:16, 17) y la conversación de Eva con la serpiente. Es como si la serpiente hubiera reemplazado a Dios y supiera incluso más que él. Al principio, simplemente hizo una pregunta, dando a entender que la mujer quizás haljía entendido mal a Dios. Pero, después Satanás cuestionó abiertamente las intenciones de Dios, e incluso lo contradijo.

El ataque de Satanás atañe a dos cuestiones: la muerte y el conocimiento del bien y del mal. A pesar de que Dios indicó en forma clara y enfática que la muerte seria segura si desobedecían (Gén. 2:17), Satanás, al contrario, dijo que no morirían, lo que implicaba que los seres humanos eran inmortales (Gén. 3:4). En tanto que Dios prohibió a Adán comer del fruto (Gén. 2:17), Satanás los animó a comer de él porque al comerlo serían como Dios (Gén. 3:5).

Los dos argumentos de Satanás, la inmortalidad y el ser como Dios, convencieron a Eva de que comiera el fruto. Resulta preocupante que en cuanto la mujer decidió desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido se comportara como si Dios ya no estuviera presente y ella misma lo hubiese reemplazado. El texto bíblico alude a este cambio de personalidad. Eva utiliza el lenguaje de Dios; la evaluación de Eva del fruto prohibido: "vio [...] que era bueno" (Gén. 3:6), lo que recuerda la evaluación de Dios de su Creación: "vio [...] que era bueno" (Gén 1:4,10, etc.).

Estas dos tentaciones, la de ser inmortal y la de ser como Dios, son el origen de la idea de la inmortalidad en las religiones griegas y egipcias antiguas. El deseo de inmortalidad, que creían que era un atributo divino, obligaba a estas personas a buscar también el estatus divino para adquirirla (eso esperaban). De manera subrepticia, esta forma de pensar se infiltró en las culturas judeocris-tianas y ha dado origen a la creencia de la inmortalidad del alma, que existe aún hoy en muchas iglesias.

 Piensa en todas las creencias que existen en la actualidad que enseñan que hay algo inherentemente inmortal en todos nosotros. ¿Cuan poderosa es la protección que nos brinda nuestra interpretación de la naturaleza humana y del estado de los muertos contra este engaño peligroso?

 


Comentarios Elena G.W
Lunes 4 de abril - EL FRUTO PROHIBIDO


Con cuán intenso interés observó todo el universo el conflicto que había de decidir la posición de Adán y Eva. Cuán atentamente escucharon los ángeles las palabras de Satanás… ¡Cuán ansiosamente esperaron para ver si la santa pareja sería engañada por el tentador y se rendiría a sus artificios! Se preguntaban, ¿entregará a Satanás la santa pareja su fe y amor al Padre y al Hijo? ¿Aceptarán su falsedad como verdad?

Adán y Eva se persuadieron de que un asunto tan pequeño como comer del fruto del árbol prohibido no podría resultar en una consecuencia tan terrible como Dios había declarado. Pero ese asunto pequeño era el pecado, la transgresión de la inmutable y santa ley de Dios, y abría las compuertas de la muerte y de indecibles penalidades para nuestro mundo… No estimemos al pecado como algo trivial (A fin de conocerle, p. 16).

Los ángeles habían prevenido a Eva que tuviese cuidado de no separarse de su esposo mientras este estaba ocupado en su trabajo cotidiano en el huerto; estando con él correría menos peligro de caer en tentación que estando sola. Pero distraída en sus agradables labores, inconscientemente se alejó del lado de su esposo… Muy pronto se encontró extasiada, mirando con curiosidad y admiración el árbol prohibido. El fruto era bello, y se preguntaba por qué Dios se lo había vedado. Esa fue la oportunidad de Satanás. Como discerniendo sus pensamientos, se dirigió a ella diciendo: «¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto?»…

Eva creyó realmente las palabras de Satanás, pero esta creencia no la salvó de la pena del pecado. No creyó en las palabras de Dios, y esto la condujo a su caída. En el juicio final, los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad (Conflicto y valor, p. 15).

El pueblo de Dios debería estar en condiciones de enfrentar [a Satanás], como nuestro Salvador, con las palabras: «Escrito está». Satanás puede citar ahora las Escrituras como en los días de Cristo, y pervertirá sus enseñanzas para apoyar sus engaños. Pero las claras afirmaciones de la Biblia serán armas poderosas en todo conflicto.

Los que quieran estar en condiciones de resistir en los momentos de peligro, necesitan comprender el testimonio de las Escrituras con respecto a la naturaleza del hombre y al estado de los muertos, porque en un futuro cercano muchos tendrán que enfrentar a espíritus de demonios mientras representan a parientes o amigos amados, y declaran las más peligrosas herejías. Esos visitantes apelarán a nuestras más tiernas simpatías y obrarán milagros para sostener sus pretensiones. Debemos estar preparados para hacerles frente con la verdad bíblica de que los muertos nada saben, y de que los que aparecen son espíritus de demonios.

Satanás se ha estado preparando hace mucho tiempo para la ofensiva final que va a lanzar con el fin de engañar al mundo. Puso el fundamento de su obra cuando le dijo a Eva en el Edén: «No moriréis… el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal». Génesis 3:4, 5. Poco a poco ha preparado el camino para su obra maestra de engaño: el desarrollo del espiritismo (La historia de la redención, pp. 417, 418).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 31
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Martes 5 de abril - ESCONDERSE DE LA PRESENCIA DE DIOS

AudioDiálogo BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 3:7 al 13. ¿Por qué Adán y Eva sintieron ia necesidad de esconderse de Dios? ¿Por qué Dios preguntó: "¿Dónde estás tú?" ¿Cómo buscaron Adán y Eva justificar su comportamiento?

Después de pecar, Adán y Eva se sintieron desnudos porque perdieron sus vestiduras de gloria, que reflejaban la presencia de Dios (ver Sal. 8:5; comparar con Sal. 104:1,2). La imagen de Dios se vio afectada por el pecado. El verbo "hacer, en la frase "se hicieron delantales" (Gén. 3:7), hasta ahora se aplicaba solo a Dios el Creador (Gén. 1:7,16,25, etc.). Es como si reemplazaran^! Creador mientras intentaban cubrir su pecado, un acto que Pablo denuncia como justificación por obras (Gál. 2:16). '

Cuando Dios se acerca, les hace la pregunta retórica "¿Dónde estás tú?" (Gén. 3:9), el mismo tipo de pregunta que Dios le hará a Caín (Gén. 4:9). Por supuesto, Dios conocía las respuestas a las preguntas. Formuló esas preguntas para beneficio de los culpables, para ayudarlos a darse cuenta de lo que habían hecho y, al mismo tiempo, llevarlos al arrepentimiento y la salvación. Desde el momento en que la humanidad pecó, el Señor estuvo obrando para su salvación y redención.

Por cierto, todo el contexto refleja la idea de un juicio investigador, que comienza con el Juez que interroga al culpable (Gén. 3:9) con el fin de prepararlo para la sentencia (Gén. 3:14-19)- Pero también lo hace para guiar al arrepentimiento, que finalmente conducirá a la salvación (Gén. 3:15). Esta es una temática que vemos en toda la Biblia.

Al principio, como es muy común entre los pecadores, Adán y Eva intentan evadir la acusación, buscando culpar a los demás. A la pregunta de Dios, Adán responde que la mujer que Dios le dio fue la responsable (Gén. 3:12), ella lo llevó a hacerlo. Fue culpa de ella (e, implícitamente, también de Dios), no de él.

Eva responde que fue la serpiente quien la engañó. El verbo hebreo nashá', "engañar" (en Gén. 3:r3), significa dar falsas esperanzas a las personas y hacerles creer que están haciendo lo correcto (2 Rey. 19:10; Isa. 37:10; Jer. 49:16).

Adán culpa a la mujer, diciendo que ella le dio el fruto (hay algo de verdad en esto), y Eva culpa a la serpiente, diciendo que la engañó (también hay algo de verdad en esto). Pero, en definitiva, ambos eran culpables.

■ ¿Intentar culpar a otros por lo que han hecho? ¿Por qué es tan fácil para nosotros caer en la misma trampa?

 

 

Comentarios Elena G.W
Martes 5 de abril - ESCONDERSE DE LA PRESENCIA DE DIOS


La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros padres cuando fueron colocados por Dios en el santo Edén. Ellos vivían en perfecta conformidad con la voluntad de Dios. Toda la fuerza de sus afectos era dada a su Padre celestial. Una hermosa y suave luz, la luz de Dios, envolvía a la santa pareja. Este manto de luz era un símbolo de sus vestiduras espirituales de celestial inocencia. Si hubieran permanecido fieles a Dios, habría continuado envolviéndolos. Pero cuando entró el pecado, rompieron su relación con Dios, y la luz que los había circuido se apartó. Desnudos y avergonzados, procuraron suplir la falta de los mantos celestiales cosiendo hojas de higuera para cubrirse.

Esto es lo que los transgresores de la ley de Dios han hecho desde el día en que Adán y Eva desobedecieron. Han cosido hojas de higuera para cubrir la desnudez causada por la transgresión. Han usado los mantos de su propia invención; mediante sus propias obras han tratado de cubrir sus pecados y hacerse aceptables a Dios.

Pero esto no pueden lograrlo jamás. El hombre no puede idear nada que pueda ocupar el lugar de su perdido manto de inocencia. Ningún manto hecho de hojas de higuera, ningún vestido común a la usanza mundana, podrán emplear aquellos que se sienten con Cristo y los ángeles en la cena de las bodas del Cordero.

Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 252, 253).

Los mejores esfuerzos que pueda hacer el hombre con su propio poder son ineficaces para responder ante la ley santa y justa que ha transgredido, pero mediante la fe en Cristo puede demandar la justicia del Hijo de Dios como plenamente suficiente. Cristo satisfizo las demandas de la ley en su naturaleza humana. Llevó la maldición de la ley por el pecador, hizo expiación para él a fin de que cualquiera que cree en él, no se pierda sino tenga vida eterna. La fe genuina se apropia de la justicia de Cristo y el pecador es hecho vencedor con Cristo, pues se lo hace participante de la naturaleza divina, y así se combinan la divinidad y la humanidad (Mensajes selectos, t. 1, p. 426).

[A]penas Adán y Eva incurrieron en pecado, empezaron a recriminarse mutuamente. Esta será la actitud inevitable de la naturaleza humana, siempre que no sea gobernada por la gracia de Cristo.

Cuando los hombres alientan ese espíritu acusador no se contentan con señalar lo que suponen es un defecto de su hermano. Si no logran por medios moderados inducirlo a hacer lo que ellos consideran necesario, recurrirán a la fuerza. En cuanto les sea posible, obligarán a los hombres a conformarse a su concepto de lo justo. Esto es lo que hicieron los judíos en los tiempos de Cristo y lo que ha hecho la iglesia cada vez que se apartó de la gracia de Cristo. Al verse desprovista del poder del amor, buscó el brazo fuerte del estado para imponer sus dogmas y ejecutar sus decretos. En esto estriba el secreto de todas las leyes religiosas que se hayan dictado y de toda persecución, desde los tiempos de Abel hasta nuestros días (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 107, 108).

 

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 32
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Miércoles 6 de abril - EL DESTINO DE LA SERPIENTE

Audio AudioDiálogo BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

"Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente té aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón" (Gén. 3:15, NVI). ¿Qué es esto que le dijo el Señor a la serpiente, y qué esperanza está implícita en estos versículos?

Dios comienza su juicio con la serpiente porque ella es quien inició todo el drama. La serpiente también es el único ser maldecido en esta narración.

Llegamos aquí a una especie de "reversión" de la Creación. Mientras que la Creación dio paso a la vida, el aprecio por lo bueno y las bendiciones, el Juicio conduce a la muerte, el mal y las maldiciones, pero también a la esperanza y la promesa de salvación. Junto a la lúgubre imagen de la serpiente aplastada que se come el polvo (Gén. 3:14), brilla la esperanza de la salvación de la humanidad, que surge en forma de profecía. Aun antes de las condenaciones de Adán y de Eva, que vendrán después, el Señor les presenta la esperanza de la redención (Gén. 3:15). Sí, han pecado; sí, sufrirán a causa de su pecado; y sí, ellos también morirán a causa de los pecados. No obstante, a pesar de todo eso, existe la esperanza suprema, la esperanza de la salvación.

Compara Génesis 3:15 con Romanos 16:20Hebreos 2:14; y Apocalipsis 12:17. ¿Cómo se revelan el plan de salvación y el Gran Conflicto en estos pasajes?

Observa los paralelismos entre Génesis 3:15 y Apocalipsis 12:17: el dragón (serpiente) enfurecido (enemistad); la simiente (descendencia); y entre la mujer del Edén y la mujer de Apocalipsis 12:17, la batalla (el Gran Conflicto) que se trasladó al Edén, con la Caída, continuará hasta el tiempo del fin. Sin embargo, la promesa de la derrota de Satanás ya se dio en el Edén, en el sentido de que su cabeza será aplastada, un tema revelado más explícitamente en Apocalipsis, que describe su muerte final (Apoc. 20:10). Es decir, desde el principio, a la humanidad se le dio la esperanza de que habría una salida del terrible caos que surgió del conocimiento del mal, una esperanza de la que todos podemos participar ahora mismo.

■ ¿Por qué es tan reconfortante ver que en el mismo Edén, donde comenzó el pecado y la maldad en la Tierra, el Señor comenzó a revelar el plan de salvación?

 

 


Comentarios Elena G.W
Miércoles 6 de abril - EL DESTINO DE LA SERPIENTE

 


Puesto que la serpiente había sido el instrumento de Satanás, compartiría con él la pena del juicio divino. Después de ser la más bella y admirada criatura del campo, iba a ser la más envilecida y detestada de todas, temida y odiada tanto por el hombre como por los animales. Las palabras dichas a la serpiente se aplican directamente al mismo Satanás y señalan su derrota y destrucción final: «Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar».

Esta sentencia, pronunciada en presencia de nuestros primeros padres, fue una promesa para ellos. Mientras predecía la lucha entre el hombre y Satanás, declaraba que el poder del gran adversario sería finalmente destruido (Historia de los patriarcas y profetas, p. 42, 54).

Ningún alma es ganada para Cristo. sin que el tentador sea derrotado, y quebrantada la cabeza de la serpiente. Esto aumentará la malicia del adversario a una actividad mayor… Alarmado porque está perdiendo su presa, Satanás primero tratará de engañar, y luego de oprimir y perseguir. Hombres malos, reprochados por el precepto y el ejemplo de aquellos que acuden a la luz de la verdad bíblica, se convertirán en agentes del gran adversario de las almas, y no dejarán sin probar ningún medio para alejarlas de su fidelidad a Dios, e inducirlas a abandonar la estrecha senda de la santidad.

Pero ninguno necesita alarmarse ni atemorizarse. La promesa de Dios es que, si son fieles a sus principios, si obedecen y creen en los requerimientos de Dios, serán miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Tienen la seguridad de tener a su servicio a las huestes del cielo, y de salir victoriosos a través de los méritos de Cristo, y son más que vencedores a través del que los amó (Nuestra elevada vocación, p. 91).

[Durante la segunda muerte] Satanás y sus ángeles sufrieron largo tiempo. Sobre Satanás pesaba no solo el castigo de sus propios pecados sino también el de todos los de la hueste redimida, que habían sido puestos sobre él. Además, debía sufrir por la ruina de las almas a quienes engañara. Después vi que Satanás y toda la hueste de los impíos estaban consumidos y satisfecha la justicia de Dios. La cohorte angélica y los santos redimidos exclamaron en alta voz: «iAmén!»

Dijo el ángel: «Satanás es la raíz, y sus hijos son las ramas. Ya están consumidos raíz y ramas. Han muerto de una muerte eterna. Nunca resucitarán y Dios tendrá un universo limpio». Entonces miré y vi que el mismo fuego que había consumido a los malos quemaba los escombros y purificaba la tierra. Volví a mirar, y vi la tierra purificada. No quedaba la más leve señal de maldición. La quebrada y desigual superficie de la tierra era ya una dilatada planicie. Todo el universo de Dios estaba limpio y había terminado para siempre la gran controversia (Primeros escritos, p. 295).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 33
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Jueves 7 de abril - EL DESTINO DE LA HUMANIDAD

AudioDiálogo BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 3:15 al 24. Como resultado de la Caída, ¿qué pasó con Adán y Eva?

Mientras que el juicio de Dios sobre la ser piente se identifica explícitamente como una maldición (Gén. 3:14), no es así con el juicio de Dios sobre la mujer y el hombre. La única vez que la palabra "maldición" se vuelve a utilizar, se aplica solo a la "tierra" (Gén. 3:17). Es decir, Dios tenía otros planes para el hombre y la mujer, en contraste con la serpiente. Se les ofreció una esperanza que no se le ofreció a la serpiente.

Como el pecado de la mujer se debe a su vinculación con la serpiente, el versículo que describe el juicio de Dios sobre la mujer estaba relacionado con el juicio de la serpiente. Génesis 3:16 no solo viene inmediatamente después de Génesis 3:15, sino además los paralelismos entre las dos profecías indican claramente que la profecía acerca de la mujer en Génesis 3:16 debe leerse en relación con la profecía mesiánica de Génesis 3:15. Por lo tanto, el juicio de Dios sobre la mujer, incluida la maternidad, debe entenderse en la perspectiva positiva de la salvación (comparar con 1 Tim. 2:14,15).

Como el pecado del hombre se debe a que escuchó a la mujer en lugar de escuchar a Dios, la tierra de la que fue tomado el hombre es maldecida (Gén. 3:17). Como resultado, el hombre tendrá que trabajar duro (Gén. 3:17-19), y finalmente "volver" a la tierra de donde viene (Gén. 3:19); algo que nunca debería haber sucedido, y que nunca fue parte del plan original de Dios.

Es importante señalar que, frente a este panorama desesperado de muerte, Adán dirige su atención a la mujer, donde ve la esperanza de vida mediante su alumbramiento (Gén. 3:20). Es decir, incluso en medio de la sentencia de muerte, ve la esperanza de la vida.

Mientras tanto, como cualquier padre amoroso, Dios solo hubiese querido el bien para ellos, no el mal. Pero ahora que conocían el mal, Dios iba a hacer todo lo posible para salvarlos. Por ello, aun en medio de estos juicios, nuestros primeros padres no perdieron todas las esperanzas, a pesar de su abierta y flagrante desobediencia a Dios; aunque ellos, que realmente vivían en el Paraíso, no tenían absolutamente ninguna razón para dudar de Dios, de las palabras de Dios ni de su amor por ellos.

■ Aunque tendemos a pensar que el "conocimiento" en sí es bueno, ¿por qué no siempre es así? ¿Cuáles son algunas de las cosas que es mejor que no sepamos?


Comentarios Elena G.W
Jueves 7 de abril - EL DESTINO DE LA HUMANIDAD


Adán había gozado el compañerismo de Dios y de los santos ángeles. Había contemplado la gloria del Creador. Comprendía el elevado destino que aguardaba al linaje humano si los hombres permanecían fieles a Dios. Sin embargo, se olvidó de todas estas bendiciones ante el temor de perder el don que apreciaba más que todos los demás. El amor, la gratitud y la lealtad al Creador, todo fue sofocado por amor a Eva. Ella era parte de sí mismo, y Adán no podía soportar la idea de una separación. No alcanzó a comprender que el mismo Poder infinito que lo había creado del polvo de la tierra y hecho de él un ser viviente de hermosa forma y que, como demostración de su amor, le había dado una compañera, podía muy bien proporcionarle otra. Adán resolvió compartir la suerte de Eva; si ella debía morir, él moriría con ella (Historia de los patriarcas y profetas, p. 40).

Cuando Dios creó al hombre lo hizo señor de toda la tierra y de cuantos seres la habitaban. Mientras Adán hubiese permanecido leal a Dios, toda la naturaleza hubiera estado bajo su señorío. Pero cuando se rebeló contra la ley divina, las criaturas inferiores se rebelaron contra su dominio. Así el Señor, en su gran misericordia, quiso enseñar al hombre la santidad de su ley e inducirle a ver por su propia experiencia el peligro de hacerla a un lado, aun en lo más mínimo.

La vida de trabajo y cuidado, que en lo sucesivo sería el destino del hombre, le fue asignada por amor a él. Era una disciplina que su pecado había hecho necesaria para frenar la tendencia a ceder a los apetitos y las pasiones y para desarrollar hábitos de dominio propio. Era parte del gran plan de Dios para rescatar al hombre de la ruina y la degradación del pecado (Conflicto y valor, p. 18).

Cuando Adán y Eva se dieron cuenta de cuán exaltada y santa es la ley de Dios, cuya transgresión requería un sacrificio tan costoso para salvarlos de la ruina junto con su posteridad, rogaron que se les permitiera morir o que sus descendientes experimentaran el castigo de su transgresión, antes que el amado Hijo de Dios hiciera un sacrificio tan grande. La angustia de Adán iba en aumento. Se dio cuenta de que sus pecados eran de tal magnitud que implicaban terribles consecuencias. ¿Cómo podía ser posible que el tan honrado Comandante celestial, que había caminado y conversado con él cuando gozaba de santa inocencia, a quien los ángeles honraban y adoraban, fuera depuesto de su exaltada posición para morir por causa de su pecado?…

El Padre no podía abolir ni modificar un solo precepto de su ley para adaptarla a la condición caída del ser humano. Pero el Hijo de Dios, que junto con el Padre había creado al hombre, podía ofrecer por este una expiación que el Señor podía aceptar, mediante el don de su vida en sacrificio, para recibir sobre sí la ira de su Padre. Los ángeles informaron a Adán que así como su transgresión había acarreado muerte y ruina, la vida y la inmortalidad aparecerían como resultado del sacrificio de Cristo (La historia de la redención, p. p. 48, 49).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 34.
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Viernes 8 de abril

AudioDiálogo BíblicoMat. DamassMat. Adultos

Para Estudiar y Meditar

Considera la conexión entre "el árbol de la vida" y "el árbol de la ciencia del bien y del mal". El hecho de que ambos estén ubicados "en medio del huerto" (Gén. 2:9) ya sugiere que hay una relación entre ellos. Pero hay más que solo una relación geográfica entre los dos árboles. Debido a que los seres humanos tomaron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, desobedecieron a Dios; perdieron el acceso al árbol de la vida y no pudieron vivir para siempre, al menos en este estado. Esta conexión es la base de un principio profundo. Las decisiones morales y espirituales tienen un impacto en la vida biológica, como Salomón le dijo a su hijo: "Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán" (Prov. 3:1,2). Esta conexión vuelve a aparecer en féf futura Jerusalén celestial, donde solo el árbol de la vida está presente "en medio de la calle de la ciudad" (Apoc. 22:2). ■

"Cuando Dios creó a Eva, quiso que no fuera ni inferior ni superior al hombre, sino que en todo fuese su igual. La santa pareja no debía tener intereses independientes; sin embargo, cada uno poseía individualidad para pensar y obrar. Pero, después del pecado de Eva, como ella fue la primera en desobedecer, el Señor le dijo que Adán dominaría sobre ella. Debía estar sujeta a su esposo, y esto era parte de la maldición. En muchos casos, esta maldición ha hecho muy penosa la suerte de la mujer, y ha transformado su vida en una carga. Al ejercer un poder arbitrario, el hombre ha abusado en muchos respectos de la superioridad que Dios le dio. La Sabiduría infinita ideó el plan de la redención que sometió a la especie humana a una segunda prueba, dándole una nueva oportunidad" (TI 3:531).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

  • 1. Dios confrontó a Adán en el Edén y le hizo preguntas no solo para determinar su culpa, sino también para llevarlo al arrepentimiento. Esta temática vuelve a aparecer con Caín (Gén. 4:9, 10), el Diluvio (Gén. 6:5-8), la torre de Babel (Gén. 11:5) y Sodoma y Gomorra (Gén. 18:21). ¿Cómo se revela la idea de un juicio investigador en estos incidentes?

    2. ¿Por qué Eva pensó que comer del árbol del conocimiento del bien y del mal le daría sabiduría? ¿Cómo podríamos evitar, en nuestro contexto, cometer un error similar; es decir, desafiar abiertamente la Palabra de Dios con la esperanza de algo "mejor" que lo que Dios nos ha ofrecido?

     

     

Ver material Auxiliar

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 35
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Lección 1: Para el 2 de abril de 2022
LA CREACIÓN

Sábado 26 de marzo


AudioComentario EGWPresentación de la LecciónMat. DamasMat. AdultosAudio Pr. Bullón

 

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 100:1-3; Génesis 1-2Éxodo 20:8-11; 40:33; Mateo 25:14-30; 19:7-9.

PARA MEMORIZAR:

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gén, 1:1).

 

El libro de Génesis y,por tanto, la Biblia en general comienza con los actos de creación de Dios. Este hecho es muy importante porque significa que nuestra creación marca el comienzo de la historia humana y la bíblica. Esta verdad también implica que la historia de la Creación del Génesis tiene la misma veracidad histórica que otros acontecimientos de la historia humana y bíblica.

Los dos pasajes de la Creación en Génesis 1 y 2 contienen lecciones sobre Dios y la humanidad. Al estudiar esta semana, comprenderemos mejor el profundo significado del sábado, el día de reposo. Reflexionaremos sobre el acto de Dios de crear a los seres humanos del polvo y a su imagen. Quedaremos cautivados por el propósito del árbol del conocimiento del bien y del mal, y por su conexión con el árbol de la vida.

La lección más importante de las historias bíblicas de los comienzos es sobre la gracia. Nuestra existencia es pura y exclusivamente un acto de gracia. Dios creó los cielos y la Tierra cuando la humanidad aún no estaba presente. Al igual que nuestra creación, nuestra redención es también un regalo de Dios. Y, cuán profundo es que ambos conceptos, Creación y Redención, se encuentren en el mandamiento del sábado.


Comentarios Elena G.W
Sábado 26 de marzo . LA CREACIÓN


Solamente en la Palabra de Dios hallamos el relato auténtico de la creación. . . Solamente en ella podremos encontrar la historia de la humanidad sin el sello del prejuicio o el orgullo humano. .. Allí podemos comulgar con los patriarcas y profetas, y escuchar la voz del Eterno que se dirige a los hombres. Allí contemplamos la Majestad de los Cielos que se humilla hasta convertirse en sustituto y garantía, para hacer frente en inferioridad de condiciones a las potencias de las tinieblas, y luego ganar la victoria para nuestro beneficio. La contemplación reverente de tales temas no puede menos que suavizar, purificar y ennoblecer el corazón, y al mismo tiempo, inspirar nueva fuerza y vigor a la mente (Mi vida hoy, p. 110). Dios habla a la familia humana en lenguaje que esta puede comprender. Él no deja el tema tan indefinido que los seres humanos puedan acomodarlo a sus teorías. Cuando el Señor declara que hizo el mundo en seis días y descansó en el día séptimo, se refiere a días de veinticuatro horas, que ha señalado con la salida y la puesta del sol. .. Después de crear nuestro mundo y al hombre, miró la obra que había realizado, y declaró que era muy buena. Y cuando los fundamentos de la tierra fueron colocados, el fundamento del sábado también lo fue. “Cuando alababan las estrellas todas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios”, Dios vio que el día de reposo era esencial para el hombre, aun en el Paraíso. Al darle el sábado al hombre, Dios consideró su salud espiritual y su salud física (Testimonios para los ministros, p. 136). Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creación. Fue Cristo quien extendió los cielos y echó los cimientos de la tierra. Fue su mano la que colgó los mundos en el espacio, y modeló las flores del campo. Él “asienta las montañas con su fortaleza”, “suyo es el mar, pues que él lo hizo” Salmo 65:6; 95:5. Fue él quien llenó la tierra de hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire y el cielo, escribió el mensaje del amor del Padre. Aunque el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, esa escritura permanece. Aun ahora todas las cosas creadas declaran la gloria de su excelencia (El Deseado de todas las gentes, p. 12). [M]ediante la creación hemos de familiarizamos con el Creador. El libro de la naturaleza es un gran libro de texto, que debemos usar conjuntamente con las Escrituras para enseñar a los demás acerca del carácter de Dios y para guiar a las ovejas perdidas de vuelta al aprisco del Señor. . . En estas lecciones que se obtienen directamente de la naturaleza hay una sencillez y una pureza que las hace del más elevado valor. Todos necesitan las enseñanzas que se han de sacar de esta fuente. Por sí misma, la hermosura de la naturaleza lleva al alma lejos del pecado y de las atracciones mundanas y la guía hacia la pureza, la paz y Dios (Palabras de vida dial gran Maestro, p. 14).

 

 

 

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 22
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Domingo 27 de marzo - EL DIOS DE LA CREACIÓN

AudioD.BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Salmo 100:1 al 3. ¿Cuál es la respuesta humana al Dios de la Creación y por qué?

En Génesis 1, el primer mensaje del relato de la Creación es "Dios". Ya lo escuchamos en la traducción: "En el principio creó Dios" (Gén. 1:1). En la primera línea (Gén. 1:1), la palabra "Dios" se ubica en el medio del versículo y la destaca el acento más fuerte en el canto litúrgico tradicional, para enfatizarla importancia de Dios. Así que, el texto de la Creación comienza con un énfasis en Dios, el Autor de la Creación.

A decir verdad, el libro del Génesis comienza con dos presentaciones diferentes de Dios. El primer relato dé la Creación (Gén. 1:1-2:4) presenta a Dios como infinitamente alejado de la humanidad, el Dios trascendente, Elohim, cuyo nombre habla de la supremacía de Dios. El nombre Elohim denota preeminencia y fuerza, y el uso de la forma plural de la palabra Elohim expresa la idea de majestad y trascendencia.

El segundo relato de la Creación (Gén. 2:4-25) presenta a Dios como cercano y personal, el Dios inmanente, YHWH, cuyo nombre muchos creen que denota cercanía y relación. Por ende, el texto de la Creación en su conjunto es un llamado implícito a adorar a Dios; en primer lugar, a ser conscientes de la grandeza y el poder infinitos de Dios, y al mismo tiempo reconocer nuestra dependencia de él porque él nos creó, "y no nosotros a nosotros mismos" (Sal. 100:3). Por eso, muchos de los Salmos a menudo asocian la adoración con la Creación (Sal. 95:1-6; 139:13,14 [comparar con Apoc. 14:7])-

Esta doble visión de un Dios que es majestuoso y poderoso, y a la vez también es cercano, amoroso y tiene un vínculo con nosotros, contiene un aspecto importante sobre cómo debemos dirigirnos a Dios al adorarlo. El sobrecogimiento y la reverencia van de la mano con el gozo y la seguridad de la proximidad, el perdón y el amor de Dios (ver Sal. 2:11). Incluso la secuencia de las dos presentaciones de Dios es notable: la experiencia de la proximidad de Dios y la intimidad de su presencia viene a continuación de la experiencia de la distancia de Dios. Solo cuando nos hayamos dado cuenta de que Dios es grande, podremos apreciar su gracia y disfrutar, estremecidos, de su maravillosa y amorosa presencia en nuestra vida.

■ Medita sobre el vasto poder de Dios, que sostiene el cosmos y, no obstante, puede estar tan cerca de cada uno de nosotros. ¿Por qué esta verdad es tan asombrosa?


Comentarios Elena G.W
Domingo 27 de marzo - EL DIOS DE LA CREACIÓN


En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre a su imagen, el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, pero estaba aún sin vida. Después, el Dios personal y existente de por sí infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano fueron puestas en acción. El corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello empezó a funcionar, y todo quedó sometido a una ley. El hombre fue hecho alma viviente. Por medio de Cristo el Verbo, el Dios personal creó al hombre, y lo dotó de inteligencia y de facultades…

Sobre todos los órdenes inferiores de los seres, Dios dispuso que el hombre, corona de su creación, expresara el pensamiento divino y revelara la gloria de Dios. Pero no por ello tiene el hombre que enaltecerse como Dios (El ministerio de curación, p. 322, 323).

[M]ediante el salmista se dio este mensaje a Israel: “Servid a Jehová con alegría: venid ante su acatamiento con regocijo. Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza.” Salmos 100:2-4. Y acerca de todos los que guardan “el sábado de profanarlo,” el Señor declara: “Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración.” Isaías 56:6, 7 (El Deseado de todas las gentes, p. 254).

En el nombre de Jesús podemos llegar a la presencia de Dios con la confianza de un niño. No hace falta que algún hombre nos sirva de mediador. Por medio de Jesús, podemos abrir nuestro corazón a Dios como a quien nos conoce y nos ama.

En el lugar secreto de oración, donde ningún ojo puede ver ni oído oír sino únicamente Dios, podemos expresar nuestros deseos y anhelos más íntimos al Padre de compasión infinita; y en la tranquilidad y el silencio del alma, esa voz que jamás deja de responder al clamor de la necesidad humana, hablará a nuestro corazón.

“El Señor es muy misericordioso y compasivo”. Santiago 5:11. Espera con amor infatigable para oír las confesiones de los desviados del buen camino y para aceptar su arrepentimiento. Busca en nosotros alguna expresión de gratitud, así como la madre busca una sonrisa de reconocimiento de su niño amado. Quiere que sepamos con cuánto fervor y ternura se conmueve su corazón por nosotros. Nos convida a llevar nuestras pruebas a su simpatía, nuestras penas a su amor, nuestras heridas a su poder curativo, nuestra debilidad a su fuerza, nuestro vacío a su plenitud. Jamás dejó frustrado al que se allegó a él. “Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”. Salmos 34:5 (El discurso maestro de Jesucristo, p. 73).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 23.
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Lunes 28 de marzo | Lección 1 - LA CREACIÓN

AudioD.BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 1:4,10,12,18,21, 25,31; y 2:1 al 3. ¿Cuál es el significado del estribillo "era buena/o" en el primer relato de la Creación? ¿Cuál es la lección implícita que alberga el final de la Creación (Gén. 2:1-3)?

A cada paso del relato de la Creación, Dios evalúa su obra como tov, "buena". Generalmente se entiende que este adjetivo significa que la obra de creación de Dios fue exitosa y que la observación de Dios de que "era buena" significa que "funcionó". La luz iluminaba (Gén. 1:4). Las plantas daban.frutos (Gén. 1:12), y así sucesivamente.

Pero esta palabra se refería a algo más que a la eficiencia de una función. La Biblia también utiliza la palabra hebrea tov para expresar una apreciación estética de algo hermoso (Gén. 24:16). También se usa en contraste con el mal (Gén. 2:9), que se asocia con la muerte (Gén. 2:17).

La frase "era bueno" significa que la Creación estaba funcionando bien, que era hermosa y perfecta, y que no había maldad en ella. El mundo "todavía no era" como nuestro mundo, afectado por el pecado y la muerte, una idea que se destaca en la introducción del segundo relato de la Creación (ver Gén. 2:5).

Esta descripción de la Creación contradice radicalmente las teorías de la evolución, que afirman dogmáticamente que el mundo se fue configurando progresivamente mediante una sucesión de acontecimientos accidentales, aleatorios, partiendo de una condición inferior a una superior.

En contraste, el autor bíblico afirma que Dios creó el mundo en forma intencional y repentina (Gén. 1:1). No hubo nada casual ni azaroso en nada de eso. El mundo no surgió por sí solo, sino solo como resultado de la voluntad y la palabra de Dios (Gén. 1:3). El verbo bará', "crear", traducido en Génesis 1 como en el principio "creó" Dios los cielos y la Tierra, aparece solo con Dios como sujeto, y denota brusquedad: Dijo Dios, y fue así.

El texto de la Creación nos informa que "todo" se hizo en aquel entonces (Gén. 1:31), y que el mismo Creador consideró que todo era "bueno en gran manera" (Gén. 1:31). Génesis 1:1 declara el evento en sí, la creación del cielo y la Tierra; y Génesis 2:1 declara que el evento terminó. Y todo se completó, incluyendo el sábado, en siete días.

■ ¿Por qué la idea de miles de millones de años de evolución anula por completo la historia de la Creación del Génesis? ¿Por qué estas dos posturas son incompatibles en todo sentido?


Comentarios Elena G.W
Lunes 28 de marzo - LA CREACIÓN


La tierra que salió de las manos del Creador era sumamente hermosa. Había montañas, colinas y llanuras, y entre ellos, ríos, lagos y lagunas. La tierra no era una vasta llanura; la monotonía del paisaje estaba interrumpida por colinas y montañas, no altas y abruptas como las de ahora, sino de formas hermosas y regulares. No se veían las rocas escarpadas y desnudas, porque yacían bajo la superficie, como si fueran los huesos de la tierra. Las aguas se distribuían con regularidad. Las colinas, montañas y bellísimas llanuras estaban adornadas con plantas y flores, y altos y majestuosos árboles de toda clase, muchísimo más grandes y hermosos que los de ahora. El aire era puro y saludable, y la tierra parecía un noble palacio. Los ángeles se regocijaban al contemplar las admirables y hermosas obras de Dios (Exaltad a Jesús, p. 41).

 

Las obras creadas por Dios testifican de su amor y poder. El ha llamado al mundo a la existencia, con todo lo que contiene. Dios ama lo bello; y en el mundo que ha preparado para nosotros, no sólo nos ha dado todo lo necesario para nuestra comodidad, sino que ha llenado los cielos y la tierra de belleza. Vemos su amor y cuidado en los ricos campos del otoño, y su sonrisa en la alegre luz del sol. Su mano ha hecho las rocas como castillos y las sublimes montañas. Los altos árboles crecen a su orden; él ha extendido la verde y aterciopelada alfombra de la tierra, y la ha tachonado de arbustos y flores.

¿Por qué revistió él la tierra y los árboles de verde vivo, en vez de un marrón oscuro y sombrío? ¿No es acaso para que fuesen más agradables a la vista? ¿Y no se llenará nuestro corazón de gratitud al ver las evidencias de su sabiduría y amor en las maravillas de su creación? (Consejos para los maestros, p. 177).

Ninguna mente finita puede comprender plenamente la existencia, el poder, la sabiduría, o las obras del Infinito. El escritor sagrado dice: “¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alto que los cielos: ¿qué harás? es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás? Su dimensión es más larga que la tierra, y más ancha que la mar.” Job 11:7-9. Los intelectos más poderosos de la tierra no pueden comprender a Dios. Los hombres podrán investigar y aprender siempre; pero habrá siempre un infinito inalcanzable para ellos.

Sin embargo, las obras de la creación dan testimonio de la grandeza y del poder de Dios. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos.” Salmos 19:1. Los que reciben la Palabra escrita como su consejera encontrarán en la ciencia un auxiliar para comprender a Dios. “Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas.” Romanos 1:20 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 108).

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 24
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Martes 29 de marzo - EL SÁBADO

AudioD.BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Lee Génesis 2:2 y 3; y Éxodo 20:8 al 11. ¿Por qué el día de reposo se relaciona con la Creación? ¿Cómo afecta esta conexión la forma en que guardamos el sábado? *

Precisamente porque "acabó Dios" sus obras de Creación, instituyó el sábado. Por lo tanto, el sábado es la expresión de nuestra fe en que Dios terminó su obra en ese momento, y que la consideró "buena en gran manera". Guardar el sábado es unirnos a Dios en el reconocimiento del valor y la belleza de su Creación.

Nosotros podemos descansar de nuestras obras así como Dios descansó de las suyas. Guardar el sábado significa decir sí a la Creación "buena en gran manera" de Dios, que incluye nuestro cuerpo físico. Contrariamente a algunas creencias antiguas (y modernas), no hay nada en las Escrituras -ni el Antiguo Testamento ni el Nuevo Testamento- que denigre el cuerpo como malo. Ese es un concepto pagano, no bíblico. Al contrario, los que guardan el sábado están agradecidos por la Creación de Dios, que incluye su carne, y por eso pueden disfrutar de la Creación y la cuidan.

El sábado, que marca el primer "fin" de la historia de la humanidad, es también una señal de esperanza para la humanidad sufriente y para el mundo que gime. Es interesante que la frase "acabó la obra" reaparezca al final de la construcción del Santuario (Éxo. 40:33), y nuevamente al final de la construcción del Templo de Salomón (1 Rey. 7:40, 51); ambos eran lugares donde se enseñaba la lección del evangelio y la salvación.

Después de la Caída, el sábado, al final de la semana, señala el milagro de la salvación, que tendrá lugar únicamente mediante el milagro de una nueva Creación (Isa. 65:17; Apoc. 21:1). El sábado es una señal, al final de nuestra semana humana, de que el sufrimiento y las pruebas de este mundo también terminarán.

Por eso Jesús eligió el sábado como el día más apropiado para sanar a los enfermos (Luc. 13:13-16). Contrariamente a las tradiciones a las que los dirigentes se aferraban, mediante las sanaciones sabáticas Jesús le hizo ver al pueblo, y a nosotros, el momento en que todo dolor, todo sufrimiento, toda muerte, habrá terminado, que es la conclusión definitiva del proceso de salvación. Por lo tanto, cada sábado nos señala la esperanza de la Redención.

■ Al descansar en el día de reposo, ¿cómo experimentamos el descanso y la salvación que tenemos en Jesús ahora y que, en última instancia, se cumplirá en la creación del cielo nuevo y la Tierra Nueva?



Comentarios Elena G.W
Martes 29 de marzo - EL SÁBADO


.Al poner aparte así el sábado, Dios dio al mundo un monumento conmemorativo. No apartó un día cualquiera de los siete, sino un día específico, el séptimo día. Y al observar el sábado, manifestamos que lo reconocemos como el Dios viviente, el Creador de los cielos y la tierra.

 

No hay nada en el sábado que lo restrinja a una clase particular de personas. Ha sido dado para todo el género humano. Ha de ser empleado, no en la indolencia, sino en la contemplación de las obras de Dios. Esto habían de hacer los hombres para que “supiesen que yo soy Jehová que los santifico”.

El Señor se acerca mucho a su pueblo en el día que él ha bendecido y santificado. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra al otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría”. El sábado es el monumento divino que señala a los hombres a su Creador que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él (Testimonios para los ministros, p. 137).

“La importancia del sábado, como institución conmemorativa de la creación, consiste en que recuerda siempre la verdadera razón por la cual se debe adorar a Dios”, porque él es el Creador, y nosotros somos sus criaturas. “Por consiguiente, el sábado forma parte del fundamento mismo del culto divino, pues enseña esta gran verdad del modo más contundente, como no lo hace ninguna otra institución. El verdadero motivo del culto divino, no tan solo del que se tributa en el séptimo día, sino de toda adoración, reside en la distinción existente entre el Creador y sus criaturas. Este hecho capital no perderá nunca su importancia ni debe caer nunca en el olvido”…

Mientras el ser él nuestro Creador siga siendo motivo para que le adoremos, el sábado seguirá siendo señal conmemorativa de ello. Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un ateo, o un incrédulo (El conflicto de los siglos, p. 433).

“El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.” Estas palabras rebosan instrucción y consuelo. Por haber sido hecho el sábado para el hombre, es el día del Señor. Pertenece a Cristo. Porque “todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho.” Juan 1:3. Y como lo hizo todo, creó también el sábado. Por él fue apartado como un monumento recordativo de la obra de la creación. Nos presenta a Cristo como Santificador tanto como Creador. Declara que el que creó todas las cosas en el cielo y en la tierra, y mediante quien todas las cosas existen, es cabeza de la iglesia, y que por su poder somos reconciliados con Dios. Porque, hablando de Israel, dijo: “Diles también mis sábados, que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico,” Ezequiel 20:12. es decir, que los hace santos. Entonces el sábado es una señal del poder de Cristo para santificarnos. Es dado a todos aquellos a quienes Cristo hace santos. Como señal de su poder santificador, el sábado es dado a todos los que por medio de Cristo llegan a formar parte del Israel de Dios. (El Deseado de todas las gentes, p. 255).

 

 

 

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 25.
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Miércoles 30 de marzo - LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD

Audio D.BíblicoAudio  Comentario EGWMat. DamasMat. Adultos

La creación de la humanidad es el último acto de creación de Dios, al menos en el relato del Génesis. Los seres humanos son la culminación dé toda la Creación terrenal, el propósito para el cual fue hecha la Tierra.

■ Lee Génesis 1:26 al 29; y 2:7. ¿Cuál es la conexión entre estas dos versiones diferentes respecto de la creación de la humanidad?

Una de las declaraciones más audaces de la Biblia, es que Dios ha creado a los seres humanos a su imagen. Solamente los seres humanos fueron creados a imagen de Dios. Aunque "hizo Dios animales de la tierra según su género" (Gén. 1:25), "creó Dios al hombre a su imagen" (Gén. 1:27). Esta fórmula a menudo se ha limitado a la naturaleza espiritual de los seres humanos, que se interpreta en el sentido de que la "imagen de Dios" significa solo la función administrativa de representar a Dios, o la función espiritual de la relación con Dios o de unos con otros.

Si bien estas interpretaciones son correctas, no incluyen la importante realidad física de esta creación. Por cierto, ambas dimensiones están incluidas en las dos palabras, "imagen" y "semejanza", que describen este proceso en Génesis 1:26. Mientras que la palabra hebrea tsélem, "imagen", se refiere a la forma concreta del cuerpo físico, la palabra demut, "semejanza", se refiere a cualidades abstractas que son comparables con la Persona divina.

Por lo tanto, la noción hebrea de la "imagen de Dios" debe entenderse en el sentido integral de la visión bíblica de la naturaleza humana. El texto bíblico afirma que los seres humanos (hombres y mujeres) fueron creados a imagen de Dios tanto física como espiritualmente. Como comenta claramente Elena de White: "Cuando Adán salió de las manos del Creador, llevaba en su naturaleza física, mental y espiritual la semejanza de su Hacedor" (Ed 15).

De hecho, esta interpretación integral de la imagen de Dios, incluido el cuerpo físico, se reafirma en el otro relato de la Creación, que dice que "fue el hombre un ser viviente" (Gén. 2:7); literalmente, "un alma viviente" (néfesh), como resultado de dos intervenciones divinas: Dios "formó" y Dios "sopló". Fíjate que el "aliento" a menudo hace referencia a la dimensión espiritual, pero también está estrechamente relacionado con la capacidad biológica de respirar, la dimensión del hombre que fue "formfada...] del polvo de la tierra". Es el "soplo de vida" (RVA); es decir, soplo (espiritual) y vida (física).

Luego Dios llevará a cabo una tercera intervención, esta vez para crear a la mujer del cuerpo del hombre (Gén. 2:2r, 22), una forma de enfatizar que ella es de la misma naturaleza que el hombre.

 


Comentarios Elena G.W
Miércoles 30 de marzo - LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD

 


El Señor creó al hombre del polvo de la tierra. Hizo de Adán un participante de la vida y naturaleza de Dios. Fue alentado en él el aliento del Todopoderoso, y se convirtió en un alma viviente. Adán era perfecto en su forma: fuerte, bien parecido, puro, llevaba la imagen de su Hacedor.

 

El hombre salió de las manos de su Creador perfecto en su organización y bello en su forma. El hecho de que por seis mil años haya resistido el peso siempre creciente de enfermedades y crimen, es prueba concluyente del poder de resistencia con que al principio fue dotado.

Adán coronado rey en el Edén. Adán fue coronado rey en el Edén. Se le dio dominio sobre toda cosa viviente que Dios había creado. El Señor bendijo a Adán y a Eva con una inteligencia que no dio a ninguna otra criatura (Comentarios de Elena G de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 1, p. 1096).

El hombre fue el acto culminante de la creación de Dios, hecho a la imagen de Dios, con el propósito de ser una copia fiel de Dios…

Cuando Adán salió de las manos de su Creador era de noble talla y hermosamente simétrico. Era bien proporcionado y su estatura era un poco más del doble de la de los hombres que hoy habitan la tierra. Sus facciones eran perfectas y hermosas. Su tez no era blanca ni pálida, sino sonrosada, y resplandecía con el exquisito matiz de la salud. Eva no era tan alta como Adán. Su cabeza se alzaba algo más arriba de los hombros de él. También era de noble aspecto, perfecta en simetría y muy hermosa…

Creados para ser la “imagen y gloria de Dios” Corintios 11:7., Adán y Eva habían recibido capacidades dignas de su elevado destino. De formas graciosas y simétricas, de rasgos regulares y hermosos, de rostros que irradiaban los colores de la salud, la luz del gozo y la esperanza, eran en su aspecto exterior la imagen de su Hacedor (Mi vida hoy, p. 130).

El Señor estaba complacido con este ser, el último y el más noble de cuantos había creado, y se propuso que fuese el habitante perfecto de un mundo perfecto. No quería, sin embargo, que el hombre viviera en soledad. Dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él.

Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una “ayuda idónea para él,” alguien que realmente le correspondía, una persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fue creada de una costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella no debía dominarle como cabeza, ni tampoco debía ser humillada y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él. Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne, era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación (El hogar adventista, p. 21).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 26
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Jueves 31 de marzo - EL DEBER DE LA HUMANIDADAudioD.BíblicoComentario EGWMat. DamasMat. Adultos

Én cuanto Dios creó al primer hombre, le ofreció tres regalos: el Jardín del Edén (Gén. 2:8), alimento (Gén. 2:16) y la mujer (Gén. 2:22).

Lee Génesis 2:15 al 17. ¿Cuál es el deber del hombre hacia la Creación y hacia Dios? ¿Cómo se relacionan estos dos deberes entre sí?

El primer deber del hombre se refiere al medsio ambiente natural en el que Dios lo ha puesto: "cultivarlo] y cuidar[lo]" (Gén. 2:15, NVI). ElVerbo'avad, "cultivar", alude al trabajo. No es suficiente recibir un regalo. Tenemos que trabajar en él y hacerlo fructífero, una lección que Jesús repetirá en su paftbola de los talentos (Mat. 25:14-30). El verbo shamar, "cuidar", implica la responsabilidad de preservar lo recibido.

El segundo deber se refiere al alimento. Debemos recordar que Dios se lo dio a la humanidad (ver Gén. 1:29). Dios también le dijo: "Puedes comer libremente" (Gén. 2:16, NTV). Los seres humanos no crearon los árboles ni la comida que hay en ellos. Fueron un regalo, un regalo misericordioso.

Pero aquí también hay un mandamiento: debían recibir y disfrutar del generoso regalo de Dios "de todo árbol". Sin embargo, como parte de esta gracia, Dios agrega una restricción. No deben comer de un árbol en concreto. Disfrutar sin ninguna restricción te conducirá a la muerte. Este principio estuvo desde el mismo Jardín del Edén y, en cierto sentido, ese mismo principio existe hoy.

El tercer deber del hombre concierne a la mujer, el tercer regalo de Dios: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer" (Gén. 2:24). Esta declaración extraordinaria es una expresión poderosa que resalta la responsabilidad humana hacia el pacto conyugal y el propósito de ser "una sola carne"; es decir, una sola persona (comparar con Mat. 19:7-9).

La razón por la que es el hombre (y no la mujer) quien debería dejar a sus padres puede tener que ver con el uso genérico bíblico del masculino; por eso, el mandato quizá se aplique también a la mujer. De todos modos, el vínculo del matrimonio, aunque es un regalo de Dios, conlleva una responsabilidad humana una vez que se ha recibido el regalo, una responsabilidad que deben cumplir fielmente tanto el hombre como la mujer.

 Piensa en todo lo que Dios te dio. ¿Cuáles son tus responsabilidades con lo que recibiste?

 


Comentarios Elena G.W
Jueves 31 de marzo - EL DEBER DE LA HUMANIDAD


Los propósitos del Señor no son los propósitos de los hombres. Dios no quería que éstos viviesen en la ociosidad. En el principio creó al hombre como caballero; pero aunque rico en todo lo que podía proveerle el Propietario del universo, Adán no había de quedar ocioso. Apenas fue creado, le fue dado su trabajo. Había de hallar empleo y felicidad en cultivar las cosas que Dios había creado; y en respuesta a su trabajo, sus necesidades iban a ser abundantemente suplidas con los frutos del jardín del Edén.

 

Mientras nuestros primeros padres obedecieron a Dios, su trabajo en el huerto fue un placer; y la tierra les daba de su abundancia para sus necesidades (Consejos para los maestros, p. 261).

Dios proporcionó ocupación a Adán y Eva. El Edén fue la escuela de nuestros primeros padres y Dios su instructor. Aprendieron a labrar la tierra y a cuidar de las cosas que el Señor había plantado. No consideraban el trabajo como cosa degradante, sino como una gran bendición. El trabajo era un placer para ellos. La caída de Adán cambió el orden de las cosas; la tierra fue maldita; empero el mandato de que el hombre se ganara el pan con el sudor de su frente no fue dado como una maldición. Por medio de la fe y la esperanza, el trabajo tenía que ser una bendición para los descendientes de Adán y Eva (La educación cristiana, p. 335).

Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso sea en todos el matrimonio”. Hebreos 13:4. Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral.

El hogar de nuestros primeros padres había de ser un modelo para cuando sus hijos saliesen a ocupar la tierra. Ese hogar, embellecido por la misma mano de Dios, no era un suntuoso palacio… [sino] un huerto. Esta fue su morada… En el medio en que vivía la santa pareja, había una lección para todos los tiempos; a saber, que la verdadera felicidad se encuentra, no en dar rienda suelta al orgullo y al lujo, sino en la comunión con Dios por medio de sus obras creadas. Si los hombres pusiesen menos atención en lo superficial y cultivasen más la sencillez, cumplirían con mayor plenitud los designios que tuvo Dios al crearlos (Reflejemos a Jesús, p. 158).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 27.
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Viernes 1 de abril

AudioDiálogo BíblicoMat. DamassMat. Adultos

Para Estudiar y Meditar

Lee Elena de White, La educación, "La ciencia y la Biblia", pp. 125-131; La historia de la redención, "La Creación", pp. 22-25.

"Puesto que el libro de la naturaleza y el de la Revelación llevan el sello de la misma Mente maestra, no pueden sino hablar en armonía. Con^diferentes métodos y lenguajes, dan testimonio de las mismas grandes verdades. La ciencia descubre siempre nuevas maravillas, pero en su investigación no obtiene nada que, correctamente comprendido, discrepe con la revelación divina. El libro de la naturaleza y la Palabra escrita se alumbran mutuamente. Nos familiarizan con Dios al enseñarnos algo de las leyes por medio de las cuales él obra.

"Sin embargo, algunas deducciones erróneas de fenómenos observados en la naturaleza han hecho suponer que existe un Conflicto entre la ciencia y la Revelación y, en los esfuerzos realizados para restaurar la armonía entre ambas, se han adoptado interpretaciones de las Escrituras que minan y destruyen la fuerza de la Palabra de Dios. Se ha creído que la geología contradice la interpretación literal del relato mosaico de la Creación. Se pretende que se requirieron millones de años para que la Tierra evolucionara a partir del caos y, a fin de acomodar la Biblia a esta supuesta revelación de la ciencia, se supone que los días de la Creación han sido vastos e indefinidos períodos que abarcan miles y hasta millones de años.

"Semejante conclusión es enteramente innecesaria. El relato bíblico está en armonía consigo mismo y con la enseñanza de la naturaleza" (Ed 128,129).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

  • 1. ¿Por qué se vería afectada la calidad de nuestra fe si creyéramos que estas historias de los inicios fueran leyendas, "mitos" inventados básicamente para instruirnos en lecciones espirituales pero sin veracidad.'histórica? ¿Qué evidencias del texto bíblico sugieren que el autor bíblico sabía que eran "históricas", al igual que el resto de las historias del libro de Génesis? ¿Cuál es el testimonio de Jesús sobre la verdad histórica de estas historias?

    2. ¿Qué nos enseña la historia del Génesis sobre la importancia de la ma-yordomía de la Tierra? ¿Cómo podemos ser buenos administradores de nuestro planeta y, al mismo tiempo, evitar él peligro de adorar a la Creación misma, en oposición al Creador, que es una tentación muy real? (Ver Rom. 1:25.)

    3. A pesar de los estragos del pecado a lo largo de los milenios, ¿de qué manera se nos siguen manifestando la maravilla, la belleza y la majestad originales de la Creación "buena en gran manera", y nos hablan de manera poderosa de la bondad y el poder de Dios?

     

Ver material Auxiliar

Reavivados por su Palabra: Hoy, Éxodo 28
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