SEÑALES QUE INDICAN EL CAMINO

Sábado 28 de septiembre
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- Audio Lección -
Leer para el estudio de esta semana Juan 2:1–11; Juan 4:46–54; Juan 5:1–16; Marcos 3:22, 23; Mateo 12:9–14; Juan 5:16–47 .
Texto de memoria: “Realmente hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” ( Juan 20:30, 31 ). CB
¿Por qué escribió Juan su Evangelio? ¿Quería destacar los milagros de Jesús o algunas enseñanzas específicas de Jesús? ¿Cuál fue el motivo para escribir lo que escribió?
Bajo el poder y la influencia del Espíritu Santo, Juan explica por qué. Dice que, aunque se podrían escribir muchas más cosas sobre la vida de Cristo ( Juan 21:25 ) CB , las historias que incluyó fueron escritas para “que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” ( Juan 20:31 ).
Esta semana veremos el relato de Juan sobre algunos de los primeros milagros de Jesús: desde convertir el agua en vino en una boda, hasta devolverle la salud al hijo muy enfermo de alguien y la curación del hombre en el estanque de Betesda.
Juan llama a estos milagros “señales”. No se refiere a algo así como un cartel en la calle, sino más bien a un acontecimiento milagroso que apunta hacia una realidad más profunda: Jesús como el Mesías. En todos estos relatos, vemos ejemplos de personas que respondieron con fe. Y sus ejemplos nos invitan a hacer lo mismo.
Comentarios Elena G.W
Como alguien que entiende su tema, Juan atribuye todo poder a Cristo, y habla de su grandeza y majestad. Emite rayos divinos de preciosa verdad, como la luz del sol. Presenta a Cristo como el único Mediador entre Dios y la humanidad. la doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un misterio, “el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades”. Es el grande y profundo misterio de la piedad. “El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, una naturaleza inferior a su naturaleza celestial. Nada muestra tanto la maravillosa condescendencia de Dios como esto. “De tal manera amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito”. Juan presenta este maravilloso tema con tal sencillez que todos pueden captar las ideas expuestas y ser iluminados.—The Review and Herald, 5 de abril de 1906. Lo que el habla es para el pensamiento, así es Cristo para el Padre invisible. Él es la manifestación del Padre, y es llamado el Verbo de Dios. Dios envió a su Hijo al mundo, su divinidad revestida de humanidad, para que el hombre pudiera llevar la imagen del Dios invisible. Él dio a conocer en sus palabras, su carácter, su poder y majestad, la naturaleza y los atributos de Dios. Cada milagro que Cristo realizó fue una señal de su divinidad. Estaba haciendo la misma obra que se había predicho Como legislador, Jesús ejerció la autoridad de Dios; sus mandamientos y decisiones fueron apoyados por la soberanía del trono eterno. La gloria del Padre fue revelada en el Hijo; Cristo puso de manifiesto el carácter del Padre. Estaba tan perfectamente conectado con Dios, tan completamente envuelto en su luz envolvente, que el que había visto al Hijo había visto al Padre. Su voz era como la voz de Dios... Él dice: “Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí”. “Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” ( Juan 14:11; Mateo 11:27; 14:9 )—Para que yo le conozca, pág. 38. Cada milagro que Cristo realizó fue una señal de su divinidad. Estaba haciendo la misma obra que se había predicho acerca del Mesías; pero para los fariseos estas obras de misericordia eran una ofensa positiva. Los dirigentes judíos miraban con cruel indiferencia el sufrimiento humano. En muchos casos, su egoísmo y su opresión habían causado la aflicción que Cristo alivió. Por eso sus milagros eran para ellos un oprobio. Lo que indujo a los judíos a rechazar la obra del Salvador fue la evidencia más alta de su carácter divino. El mayor significado de sus milagros se ve en el hecho de que eran para bendición de la humanidad. La evidencia más alta de que él vino de Dios es que su vida reveló el carácter de Dios. Hizo las obras y pronunció las palabras de Dios. Una vida así es el mayor de todos los milagros.—El Deseado de todas las gentes, pág. 406.
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